Floren Aoiz
@elomendia
JO PUNTUA

Pongamos que hablo de Aoiz

Aoiz habla de Aoiz: la tentación era irresistible. UPN quita a última hora de la primera posición a Yolanda Barcina, coloca a José Javier Esparza y como proclamación a los cuatro vientos de la capacidad de gestión del nuevo candidato, la derecha es incapaz de formar una lista en el pueblo del que fue alcalde. Se podrían escribir unos doscientos volúmenes de un Tratado sobre la Inconveniencia de Votar a Esparza, pero los de Aoiz lo han resumido de un modo ejemplar con su mensaje tan claro como directo: ¡no se os ocurra votarle, es una idea espantosa!

Esparza, como tantos otros que gobernaban cuando otros no nos podíamos presentar, se batió en retirada cuando las tornas cambiaron. Desde que lo dejó, en Aoiz van dos varapalos. El primero, mayoría absoluta de Bildu; el segundo, la derecha no se presenta.

Tiene su sorna que siendo de UPN te pase por encima un tractor llamado Bildu y en la segunda vuelta venga otro que ha añadido la palabra Euskal Herria; ¡qué bacanal de metáforas!

Pero es lo que hay y, claro, Esparza no quiere hablar de su pueblo. En realidad solo quiere hablar de ETA y está tan convencido de que le va a funcionar que se ha metido él solico en el berenjenal de un debate cara a cara con Adolfo Araiz.

Si no cuela, siempre le queda aquello tan original de «que vienen los vascos». Y si le apuran, oye, ya dirá que los de EH Bildu son medio bolivarianos, o amigos del Estado Islámico o pro Corea del Norte, algo se le ocurrirá a Sergio Sayas, que para esto del marketing político-electoral es un lince.

Todo menos explicar a la gente qué hizo en Aoiz para hacer que la ciudadanía no quiera saber nada de volverlos a ver en la alcaldía.

Si Esparza ha leído a Lakoff, tendrá un pensamiento marcado en cada momento del debate: «No pienses en Aoiz». Y no estamos hablando de un servidor, claro, sino del pueblo donde tan hermosos recuerdos ha dejado.