Jon ORMAZABAL
FINAL DEL PAREJAS EN EN EL BIZKAIA

La rebelión de Poulidor

Raymond Poulidor, ciclista francés de gran clase, pasó a la posteridad como el eterno segundo, eclipsado por Jacques Anquetil y Eddy Merckx, una situación que no era ajena para Oinatz Bengoetxea, condenado por ser contemporáneo de Olaizola II e Irujo. Sin embargo, con un suplente respondón como Álvaro Untoria, el de Leitza se rebeló a su destino.

BERASALUZE ZUBIETA 7

BENGOETXEA-UNTORIA 22

 

El Parejas 2015 arrancó hace cinco meses con la novedad de la pareja mixta compuesta por Berasaluze II-Zubieta y terminó ayer con la confirmación de Oinatz Bengoetxea como algo más que la alternativa a los poderes establecidos y Álvaro Untoria ganándose un puesto en los estelares de su empresa. En enero nadie, ni el más osado, hubiera pronosticado este final, pero hoy no habrá nadie que ponga en duda la legitimidad de las txapelas que se repartieron en una final que no respondió a las expectativas.

Tampoco será fácil encontrar hoy esa voz discordante que cuestione que Oinatz Bengoetxea ha sido el pelotari más destacado de la presente edición del Parejas. Dicen que estos títulos honoríficos o simbólicos se reparten en las finales y, por si había algún tipo de duda, el de Leitza lo refrendó con un partidazo en el momento preciso.

Las estadísticas que acompañan este texto en la ficha adjunta bastarían para hacerse a una idea de lo que sucedió, pero no valen para explicar toda la superioridad que el de Leitza ejerció sobre la cancha. Porque además de rematar con acierto, Bengoetxea VI defendió, metió ritmo al partido, protegió a su zaguero quitándole las pelotas más complicadas y propició su lucimiento, dejándole aquellas con las que pudo alargar el pelotazo y hacer correr a Zubieta, la situación que más incomoda al de Etxarri en el frontón. Por si fuera poco, el delantero navarro sacó mucho más de esos dos tantos directos recogidos en las estadísticas y, como sucedió en el partido de la liguilla de semifinales disputada hace escasamente un mes en el mismo escenario, los saques bombeados y arrimados del menudo delantero de Leitza hicieron mucho daño a Aitor Zubieta.

Inicio igualado

En todos los pronósticos se señalaba que la final de ayer debía ser mucho más igualada y los primeros 7 tantos así parecieron corroborarlo. Aitor Zubieta comenzó el partido con su derecha muy fresca y fue capaz de proporcionar pelota franca a Pablo Berasaluze, que el de Berriz no desaprovechó, llevando el delirio a las gradas.

Además, Untoria pareció acusar los nervios de su primera final al acumular los tres errores que hizo en el partido en la primera decena de tantos –un derechazo claro al colchón de abajo y dos pelotas que se le fueron arriba–, lo que dio equilibrio al marcador en un arranque de partido peloteado y que para nada hacía prever lo que iba a suceder poco después.

Para entonces, Oinatz Bengoetxea ya había demostrado que no tenía ninguna intención de dejar pasar esta oportunidad, pero la confirmación llegó en cuanto acertaron a poner en juego una pelota más baja con la que Untoria se asentó en la cancha y equilibró la superioridad que Aitor Zubieta parecía tener en el arranque del partido.

Miedo escénico

Como debutante en partidos de esta envergadura, había ciertas dudas sobre la respuesta que el zaguero najerino podía ofrecer en una final de tanta responsabilidad pero, los tres errores cometidos con una pelota de salida con la que se encontró incómodo no le minaron para nada. Además, jugar con un compañero como Oinatz Bengoetxea, tocado con la varita mágica en ataque pero que además es generoso en el esfuerzo para sumar como pareja es una fuerte dosis de confianza, incluso en los momentos más duros.

Todo lo contrario, para un observador externo, sin ninguna referencia histórica sobre este deporte, el neófito sería un Pablo Berasaluze al que dio la sensación que el entorno le volvió a superar. Si en su día Jorge Valdano utilizó el término «miedo escénico» para describir esa especie de parálisis que parece agarrotar a todo futbolista que pisa por primera vez el Santiago Bernabéu, al de Berriz parece sucederle algo similar cuando comparece al Bizkaia, un frontón que volvió a volcarse con su pelotari, pero que fue escenario de otra oscura noche.

Sin ser su mejor campeonato, el delantero vizcaino parecía llegar en buen momento a la final tras sus buenas actuaciones en los dos últimos partidos de semifinales, pero fue como si el entorno lo engulliese. Mientras Bengoetxea VI-Untoria se complementaban a la perfección y una mirada les bastaba para saber lo que uno quería del otro, en los colorados no hubo ningún atisbo de química.

Mientras Bengoetxea VI era capaz de generarse sus opciones en ataque, el de Berriz se resguardó a la espera de que su zaguero le generase alguna oportunidad, cosa que pocas veces sucedió a partir del 5-7.

Para colmo, tampoco estuvo nada acertado en las pocas ocasiones en las que osó a buscar el remate, acumulando hasta siete errores, lo que propició que el partido se les escapara de las manos oponiendo mucha menos resistencia de la que todo el Bizkaia hubiera deseado.

Por su desarrollo, no fue la final deseada por nadie, pero sí que hizo justicia con un pelotari de enorme clase, hasta ahora eclipsado por dos astros.

 

La saga Bengoetxea suma su cuarto Parejas y Nájera se estrena

Oinatz Bengoetxea y Álvaro Untoria se estrenaron de la mano en el palmarés que más nombres diferentes tiene, el del Parejas. El de Nájera lo hace además con el aliciente de hacerlo en su primera participación, con el extra de que los técnicos de su empresa lo alinearon en el campeonato de Promoción. Curiosidades del destino, su rival en la final de ayer en el Bizkaia fue Aitor Zubieta, pelotari que «ficharon» de la competencia, al entender que mejoraba lo que podían ofrecer las promesas de Asegarce.

Con su triunfo de ayer, el zaguero najerino, que probablemente tenga que recitar el pregón en las fiestas de San Prudencio en su localidad natal, se convierte en el quinto riojano en ganar la txapela de primera categoría tras Barberito, Titín III, Capellán y Merino II.

Por su parte, Oinatz Bengoetxea mantiene la txapela en Leitza, relevando a su paisano Abel Barriola y consiguiendo su primera txapela justo diez años después de jugar su primera final de este campeonato.

Además, da continuidad a una tradición familiar, ya que sus tíos, Juan Mari, Bengoetxea III, y Mikel, Bengoetxea IV, ya consiguieron el título del Parejas. El primero en 1979 –con Gorostiza como zaguero ante Piérola II-Maiz II 22-15 en Anoeta– y el segundo en dos ocasiones, en 1983 –contra García Ariño IV-Gorostiza 22-11 en Anoeta– y 1984 –contra Oreja III-Aldazabal II por 22-18 también en Donostia–, en ambos casos junto a Antton Maiz. El mayor de los hermanos de Leitza, además, también cuenta con dos txapelas del Manomanista, las logradas en 1978 y 1979, en ambos casos ante García Ariño IV.

Enseguida tendrá el delantero navarro la oportunidad de alcanzar a su tío en el palmarés, en un Manomanista que arranca este mismo viernes en Zumarraga. El primer paso lo dio en 2008, cuando ganó en la final a Abel Barriola.J.O.

 

Txapela Bizkaira noiz etorriko den galdezka zatoztenean, kostako zaizue ni topatzea

Roberto GARCIA ARIÑO

Esana nuen azken egunetan laster erretiroa hartuko dudala eta, detaile polita izango zela beste bizkaitar batek txapela irabaztea, batez ere, berriz ere galdera horri erantzun behar izan ez diezaiodan. Hurrengoan, dena dela, jubilatuta egongo naiz, eta kostako zaizue topatzea. Txantxak alde batera utzita, Oinatz Bengoetxeak eta Alvaro Untoriak merezimendu osoz irabazi dute txapela eta pena bakarra, lehen tanto gogor eta interesgarrien ostean, finala azkarregi amaitu dela izan da.
Gutxitan bezala, uste dut oraingo honetan ez dagoela inolako dudarik eta Oinatz Bengoetxea txapelketa guztiko pilotaririk onena izan da eta finalean ere hala erakutsi du. Leitzarra une oro zentratuta egon da, une bakoitzean zer egin behar zuen bazekien, atzelariari pilota txar guztiak kendu eta onak utzi dizkio, izugarrizko partida, partida perfektoa egin du. Gainera, lagun bikaina topatu du Alvaro Untoriarengan, bikote itzela osatu dute. Errioxarrak fisiko itzela dauka, kantxa oso ondo betetzen du eta pilota ukituta irteten zaio eskutik. Agian ez du horrenbeste agindu, baina azkar xamar hiru huts egin ostean, partidari oso ondo eutsi dio eta Oinatzek bikain egin du gainerako guztia. Nik uste dut Pablo Berasaluze jokatzeko zegoela, baina Oinatzek ez dio inolako aukerarik eman. Aitor ere ondo hasi da, baina partida azkarregi amaitu da.