Fernando de Biladi
Miembro del Grupo BDS Bilbao
KOLABORAZIOA

El colonialismo sionista continúa

Hoy, 15 de mayo, se cumplen 67 años de la Nakba o el desastre palestino. Un plan que comenzó con la expulsión y destrucción de los hogares de dos tercios de la población palestina en el territorio donde Israel se creó en 1948. A pesar de esta catástrofe el pueblo palestino sigue resistiendo, se niega a olvidar y continúa reclamando sus derechos inalienables como pueblo.

Hoy, y según cifras de la ONU, esta constituye más de 5 millones de refugiados que aún se les continúa denegando el derecho al retorno a sus tierras y hogares y a las indemnizaciones por todo lo robado y perdido. Por lo tanto, la Nakba palestina continúa, y no solo de esta forma, si no con demoliciones de casas, expropiaciones de tierras, detenciones, torturas, asesinatos y el embargo y los bombardeos a Gaza.

Actualmente de los más de once millones de palestinos y palestinas, más de las dos terceras partes son personas refugiadas o desplazadas internas y se encuentran divididas de la siguiente forma; el 38% se encuentra entre los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania (incluido Jerusalén Oriental), el 50% en el exilio y el 12% restante permanece en la Palestina histórica, actual estado de Israel, que vive bajo un sistema de discriminación institucional, legal y social.

En esta terrible división como pueblo radican gran parte de las dificultades de unificar la voz palestina dado que sus realidades son muy diferentes. Es evidente que el sionismo aplica el consabido «divide y vencerás» que tanto rédito le genera y ha generado, no solo en el caso palestino, sino en todo Oriente Medio. Este beneficio también se puede ver en la esfera política internacional, con sus apoyos políticos, financieros y militares, a pesar de que Israel sea una fuerza colonial ocupante y que su estado se creara a sangre y fuego a costa de la expulsión y desposesión de la población palestina nativa. Este apoyo y complicidad que le ofrece a Israel, tanto Europa como EEUU, también está directamente relacionado con que estos días se reciba a dictadores golpistas como Al-Sisi, o a la venta de armas a países como Arabia Saudí.

Las devastadoras políticas sionistas han conllevado a que la valoración de Israel por parte de la opinión pública mundial se haya deteriorado, tal y como indicaba una encuesta realizada por la BBC en 2013, Israel se encontraba en el tercer puesto del país peor considerado del mundo. Esta percepción global se debe a distintos factores; las violaciones de las leyes internacionales y los derechos humanos desde hace más de sesenta y siete años por parte de Israel; la deriva cada vez más a la extrema derecha del parlamento israelí, que ya ni se preocupa en disimular los verdaderos objetivos del sionismo: expulsar a la población palestina, sea por los medios que sea, y, finalmente, por la eficacia y el poder moral de la campaña de Boicot Desinversiones y Sanciones (BDS) a Israel, como ya sucediera en la Sudáfrica del Apartheid.

A pesar de que el movimiento BDS gana cada día mayor apoyo y reconocimiento, Israel, con ayuda de sus acólitos, evita pagar por sus crímenes y tilda a sus detractores de antisemitas, amparándose así en un victimismo vergonzante.

Por todo ello hoy debemos de seguir recordando la Nakba o desastre palestino y pedir a la sociedad, que se sume a la campaña de aislamiento a Israel y se le señale como lo que es, un estado creado al margen de toda ley internacional.