EDITORIALA
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Arnaldo Otegi no estuvo en el mitin

Arnaldo Otegi es un ciudadano vasco conocido en su país, y fuera de él, principalmente por su militancia en una corriente política y social denominada izquierda abertzale. Es miembro de un partido político cuya militancia lo eligió para el cargo de secretario general, por lo que resulta de lo más normal que en campaña electoral pida el voto para EH Bildu, coalición a la que pertenece su partido. Ayer todos los medios recogían ese apoyo, pero ninguno hacía referencia al mitin o acto en el que lo manifestó. Sencillamente porque no ha participado en ninguno. Tampoco lo hizo en anteriores campañas, en las que su coalición ha logrado la mayor representación de su país en el Parlamento español, se ha convertido en segunda fuerza de Euskal Herria y en Gipuzkoa, de donde procede Otegi, es la primera.

En el Estado español, tras la dictadura del general Franco, se comenzó a denominar a las citas electorales «fiesta de la democracia». Una fiesta cuyo desarrollo Arnaldo Otegi intentará seguir en prisión, donde se encuentra desde hace cinco años y medio, al igual que los cuatro compañeros procesados con él y otros muchos, condenados por su militancia política y social, sometidos, como cientos de presos vascos, a unas condiciones de vida deplorables y alejados de su tierra. Es la fiesta de una democracia que continúa castigando no solo el trabajo político de un sector de la sociedad vasca, sino también la denuncia y la solidaridad, como esta misma semana ha demostrado arremetiendo contra el ejemplar muro popular de Gasteiz. Esa es la normalidad democrática que antes pretendían justificar por la existencia de cierta violencia y cuyo carácter violento, en ausencia de aquella, no pueden ni disimular.

Al igual que Otegi, muchos ciudadanos no ven motivo de fiesta en unas elecciones a las que no todos concurren en igualdad de condiciones, pero sí de utilizar el voto como un instrumento más para avanzar hacia una democracia que no sustituya, coarte y reprima a la sociedad, sino que sea expresión y materialización de su voluntad.