Harrera Elkartea celebró ayer en la casa de cultura de Oñati su tercera asamblea anual para dar cuenta del trabajo realizado en el último ejercicio, exponer su situación económica así como desgranar los problemas cotidianos con los que lidia a diario, entre otros aspectos. Los socios y socias también tuvieron ocasión de exponer sus dudas y preguntas.

Según informaron a GARA tras las reunión, a día de hoy, la asociación, que se ocupa de asistir a personas en situación precaria por haber estado muchos años en prisión o en el exilio, atiende a 52 personas por carecer de ayuda alguna para poder hacer frente a sus necesidades básicas. En este sentido, denunciaron la medida del Gobierno español, en cuanto a restringir el subsidio de excarcelación, «una ayuda recogida en sus preceptos constitucionales», recordaban fuentes de Harrera.

En cuanto a la asistencia, también hay otros datos positivos. Según expuso Juan Karlos Ioldi, responsable del área de empleo y formación de Harrera, en lo que va de año han encontrado empleo a veintiuna personas, favoreciendo su integración laboral y, por ende, social. Con este fin, informaron que son contínuas las conversaciones con responsables de distintas empresas así como con instituciones. Con Lakua también son «habituales» los contactos para tratar asuntos relacionados con la vivienda, la gestión de las ayudas económicas o el empleo.

Grupos de asistencia

El presidente de Harrera, Andoni Iturrioz, se mostró satisfecho porque el proyecto se consolida de año en año, poniendo en valor, además, la pluralidad ideológica de los socios y colaboradores.

Sobre el número de socios, Fernando Etxegarai, responsable del área jurídico-administrativa, reveló que la tendencia al alza registrada en los inicios se está estabilizando. Por otro lado, citó el aumento de las ayudas económicas de personas anónimas, si bien admitió que la poca perdurabilidad de estas causa dificultades.

Desde que se nació Harrera Elkartea, en verano 2012, 274 personas han salido de prisión, según informaron ayer, y desde la última asamblea, celebrada en mayo del pasado año, han recobrado la libertad 68 personas. Estos datos, según los impulsores del proyecto, hacen «indispensable» la actividad de los grupos de asistencia de barrios y pueblos. «Garantizan protección y calor a las personas que acaban de abandonar la cárcel», puso en valor Ioldi.

También se realizó un diagnóstico por herrialdes, se detectaron las carencias y marcaron los objetivos de cara al nuevo ejercicio, como extender los grupos de apoyo y fortalecer las ayudas económicas.

El 27 de junio, cadena humana por la libertad de Aitzol Gogorza

Desde Sare-Orereta han convocado para el próximo día 27 de junio, a las 12.30, una cadena humana para reclamar la puesta en libertad de los presos políticos enfermos y, de forma especial, la de su convecino, Aitzol Gogorza.

Según explicaron en una rueda de prensa celebrada ayer, el objetivo es unir el ambulatorio de Iztieta con la vivienda familiar de Gogorza, en Gaztaño. Ambos puntos están a una distancia de unos 700 metros.

Una vez la cadena humana esté formada y los 700 metros cubiertos, se lanzará un cohete. Esa será la señal para pasar, de mano en mano, un relevo con un mensaje simbólico: la banderola que pide la repatriación de los presos a Euskal Herria.

La madre de Aitzol Gogorza recogerá este símbolo en su casa, colocándola en la barandilla del balcón. En ese instante, otro cohete dará la señal a los participantes de que el mensaje ha llegado a su destinatario. GARA