Unai ARANZADI
TETOVO
Elkarrizketa
NEVZAT HALILI
PRESIDENTE DE LA “REPÚBLICA DE ILIRIDA”

«Queremos una división clara entre albaneses y macedonios»

El 18 de setiembre de 2014, Nevzat Halili, exministro e histórico dirigente del nacionalismo albanés en la Antigua República Yugoslava de Macedonia, proclamó la fundación de la «República de Ilirida», un territorio que daría cabida a la minoría albanesa (un cuarto de la población) y abarcaría casi la mitad del país, incluyendo la capital, Skopje, y las ciudades más pobladas: Kumanovo y Tetovo.

En cuestión de semanas, y sin conexión conocida, las acciones de nuevas facciones armadas que actúan bajo el sello de «Ejército de Liberación Nacional» (conocido como UÇK albanomacedonio) y «Guardia de Ilirida», han ido en aumento hasta cobrarse vidas humanas, como sucedió el 9 de mayo en Kumanovo, cuando las fuerzas especiales macedonias mantuvieron un combate contra 44 paramilitares que lucían uniformes con el emblema del UÇK.

Irremediablemente, estos hechos traen a la memoria los episodios de guerra acaecidos en 2001, cuando insurgentes de la minoría albanesa de Macedonia, inspirados por la victoria pro albanesa en la vecina Kosovo (entonces aún Serbia), iniciaron una insurrección armada que terminó con una intervención de la OTAN y unos acuerdos que otorgaban nuevos derechos a la población albanesa.

Sin embargo, pese al tratado de paz firmado a orillas del lago Ohrid, la violencia nunca ha desaparecido por completo y en las montañas que separan a Macedonia de Kosovo el hallazgo de armas y las escaramuzas se han seguido dando de forma cíclica, aunque nunca con tanta frecuencia e intensidad como ahora.

No obstante, la incertidumbre, palpable tanto en toda la ciudadanía étnicamente albanesa como en la macedonia, no solo se debe al enigmático resurgir del panalbanismo armado, sino que también es consecuencia de un escándalo de corrupción y escuchas ilegales llevadas a cabo de forma masiva por los servicios de inteligencia del actual Gobierno macedonio (el conservador partido VMRO-DPMNE de la mayoría eslava).

En este frágil contexto, Nevzat Halili, figura icónica que basa todo su actual peso político en un pasado como precursor del nacionalismo militante y no en su presente como fundador del decaído Partido para la Prosperidad Democrática, se revela hoy como una figura clave para comprender el fondo del conflicto étnico.

Políglota, esquivo, en un continuo vaivén por Kosovo y arrestado en varias ocasiones por presunto «tráfico de armas» y «obstrucción a la autoridad», el autoproclamado presidente de la República Ilirida recibe a GARA en Tetovo, bastión del nacionalismo albanés en el oeste de Macedonia.

¿El proceso abierto con la República de Ilirida es de ruptura?

No en un sentido violento, pero sí político.

Usted siempre se ha movido entre la ruptura y la órbita de la política institucional. ¿Se trata de una estrategia híbrida?

Quizás. Yo fui el primer político albanés en Macedonia tras la desintegración de Yugoslavia. Fundé el Partido para la Prosperidad Democrática y fuimos al Parlamento como el resto de partidos; sin embargo, nos opusimos a votar la primera Constitución macedonia al tiempo que intentamos formular la República de Ilirida. Eso fue en 1992, aunque finalmente no fue posible llevarla adelante.

¿Por qué rechazaron el referéndum y la Constitución en aquel entonces?

En el referéndum por la independencia de Macedonia del 8 de setiembre de 1991 se preguntaba: «¿Está usted de acuerdo con que Macedonia se convierta en un Estado independiente y soberano?». Nosotros no estuvimos de acuerdo con la pregunta y los términos, por lo que no participamos. La minoría albanesa tampoco votó a favor. Como consecuencia de esto, el 12 de enero de 1992, los albaneses organizamos nuestro propio referéndum de independencia dentro de la Macedonia ya independiente. Y en abril de 1992, defendimos en el Parlamento que nuestras exigencias debían ser escuchadas. Hubo reuniones con representantes de la Unión Europea, con el embajador de Alemania, Geert Hinrich Ahrens, y con miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Queríamos cambiar el preámbulo de la recién creada Constitución macedonia. Queríamos que hablasen de unidad civil, no nacional, por ejemplo. En la Constitución dicen que Macedonia es un país de todos sus ciudadanos, macedonios y no macedonios, sin referirse específicamente a nosotros los albaneses como grupo étnico. Somos el segundo gran grupo étnico y queremos estar reflejados en la Carta. Además, queremos que no existan más políticas centralizadoras. Queremos una línea de división clara entre albaneses y macedonios.

¿Y cuáles son las reivindicaciones de la República de Ilirida?

Nosotros basamos nuestras demandas en múltiples documentos internacionales que cualquier persona interesada conocerá. Son diez resoluciones de Naciones Unidas que garantizan el derecho de autodeterminación de los pueblos del mundo. También basamos nuestras demandas en otros tres documentos de la OSCE, además de en un principio universal, que es el del derecho natural a la igualdad para todas las personas. En lo que respecta a la territorialidad tenemos ya un mapa. nuestra República abarca de Monastir a Kumanovo.

Avisan de la posible llegada de un nuevo referéndum que se llevaría a cabo en este territorio de la República Ilirida, según ha declarado usted recientemente.

Sí, y todo pacíficamente. Nuestra declaración fue llamada «de paz y autodeterminación» porque si los albaneses probamos que tenemos derecho a la autodeterminación no existen motivos para hacer la guerra. Necesitamos nuestras propias instituciones. Pensamos que Macedonia debe ser un Estado confederado, con dos entidades e identidades en igualdad de condiciones. No queremos cambiar las fronteras exteriores del actual país, pero sí las interiores. Definir quién administrará cada lado. Sería una unión de dos repúblicas. La macedonia y la albanesa de Ilirida.

¿Se basan en alguna experiencia conocida?

Sí, quizás en algo similar a lo que Serbia y Montenegro acordaron. Ya no están unidos porque decidieron ir cada uno por su lado, pero el caso se dio.

En Montenegro, como en las actuales Serbia, Macedonia y Grecia, los albaneses también tienen demandas políticas. Es algo que usted recuerda a menudo, ¿cierto?

Nunca fue nuestra decisión vivir separados en seis países. Nuestra lengua es indoeuropea. Nuestra lengua no tiene nada que ver con la de los eslavos. Los albaneses descendemos de los ilirios. De acuerdo con algunos documentos hallados, se dice que una región llamada Iliria existió hace más de 3.000 años, y que llegaba hasta la actual Italia. Los griegos mencionaron Iliria por primera vez 400 años antes de la llegada de Jesús.

Es obvio que la cuestión lingüística parece ser un elemento clave en el conflicto.

Sí. El idioma albanés tiene algunas formas parecidas a la oficialidad pero no de forma plena como queremos. Desde los acuerdos de Ohrid, la administración pública atiende en nuestra lengua en los municipios donde tenemos presencia los albaneses, pero es insuficiente. No es lo acordado.

¿Es la desobediencia civil parte de su estrategia?

Sí, lo es.

¿Puede adelantarme parte de este plan?

Ya hemos realizado catorce reuniones sobre la República y no debemos excluir la posibilidad de establecer un gobierno el próximo mes. Le puedo adelantar que anunciaremos el nombre del primer ministro y las carteras de los diferentes ministros. Será una especie de Gobierno paralelo al actual instalado en Skopje. En la República de Ilirida no excluiremos a los macedonios y garantizaremos la libertad religiosa y los derechos civiles de todos. La novedad será que añadiremos derechos. No será cuestión de restar sino de sumar.

En sus declaraciones, usted siempre hace referencia a EEUU como modelo fundacional para la República Ilirida.

Así es. Cuando proclamé la independencia y autodeterminación de Ilirida, la primera frase que usé fue de la “Declaración de Independencia de los Estados Unidos”, en la cual se dice que «toda persona y todo pueblo del mundo tienen derecho a la autodeterminación». En el año 1919, el presidente Woodrow Wilson lo volvió a recordar durante la conferencia de paz en París, donde entre otros temas se trataron de forma especial los derechos de las minorías en Europa.

¿Están recabando apoyos internacionales?

Sí, esperamos el apoyo de Estados Unidos. Además mantenemos contactos con la OSCE y hemos enviado nuestra propuesta a personajes e instituciones de varios países europeos como Bélgica y Suiza.

Según el mapa político actual, la mayoría de los partidos albaneses están relativamente satisfechos con los acuerdos de paz firmados en Ohrid; no así usted y sus aliados políticos. ¿Qué puntos del acuerdo han fallado?

En Ohrid se dijo que Macedonia sería un país cívico y no nacional. Nosotros queremos que no sea nacional sino cívico. Queremos que en la Macedonia independiente se reconozca a los albaneses plenamente, con su lengua y demás singularidades, de la misma forma que se hace con los macedonios. También que se reconozca el factor islámico, que no está a la misma altura que el de la Iglesia ortodoxa de los macedonios. O el cultural, para el que los albaneses apenas recibimos financiación pública.

Casualidad o no, fue proclamar la República de Ilirida y dispararse la actividad paramilitar de grupos pro albaneses.

No tienen nada que ver con nosotros. No estamos de acuerdo con este tipo de violencia, y en nombre de la República de Ilirida declaro que no compartimos la estrategia de ningún grupo armado, incluyendo las que se dan en el mundo islámico. Somos musulmanes pero no queremos estados islámicos, y condenamos con firmeza a los albaneses que se han unido a ellos.

Pero me puede hablar específicamente del Ejército de Liberación Nacional o de la Guardia de Ilirida, que presume de realizar patrullas por las montañas de Tetovo.

Esas fuerzas no son representativas de la República de Ilirida. Lamentamos mucho las pérdidas humanas que se han dado en Kumanovo.

Hablando de Kumanovo, ¿qué opinión le merecen episodios de violencia que se están dando allí y en Lipkovo? ¿Sabe qué está pasando?

Rechazo cualquier tipo de violencia. Estos hechos violentos no son beneficiosos para nadie. Lamento mucho las víctimas que se han producido. Tanto las albanesas como las macedonias. Allí están pasando muchas cosas, sí, pero no tengo nada especial que añadir.

Hace unas semanas usted me manifestaba que no tenía nada que ver con conocidos veteranos del UÇK implicados en la estrategia de tensión actual, tales como Hamdi Ndrecaj, alias “Comandante Panteri”. Sin embargo, el portal Almakos.com acaba de filtrar una fotografía reciente en la que usted aparece de forma muy amistosa con el comandante Panteri en lo que parece ser una reunión privada.

No tengo nada que decir al respecto, muchas gracias.