Beñat ZALDUA

LA LARGA CARRERA DE FONDO DE COMPROMÍS DA SUS FRUTOS EN EL PAÍS VALENCIà

El terremoto institucional sufrido por el PP en las elecciones del 24M tuvo uno de sus epicentros en el País Valencià, donde perdió tanto la Generalitat como el gobierno de la capital. La corrupción y el trabajo de hormiga de Compromís tiene buena parte de la culpa.

Rita Barberà lo expresó mejor que nadie la misma noche del 24 de mayo con unas palabras que un impertinente micrófono abierto se encargó de grabar: «Qué hostia, qué hostia». En efecto, aunque el revés para el PP es generalizado en todo el Estado, si tuviésemos que localizar la debacle en un mapa escogeríamos el País Valencià. La misma Barberà, la alcaldesa del «caloret faller», se dejó la mitad de sus concejales y con ellos la posibilidad de repetir al frente de un Ayuntamiento de València que ha manejado como su cortijo durante nada más y nada menos que 24 años. El cambio en el sur de los Països Catalans sigue por la Diputación de València (todavía en manos de Alfonso Rus, expulsado del PP por corrupción) y llegará, a no ser que se trunquen, hasta la Generalitat valenciana, feudo perdido de los Zaplana, Camps y Fabra de turno. Al menos así lo indican las matemáticas, que permiten augurar un nuevo Gobierno apoyado por el PSPV, Compromís y Podemos.

Cambio con nombre propio

El cambio en el País Valencià viene explicado en buena parte por los escándalos de corrupción que han sacudido y siguen sacudiendo al PP de norte a sur del territorio, pero no se puede entender sin el papel jugado por la coalición Compromís durante los largos años de travesía del desierto de la izquierda valenciana. La prueba es que, pese a ser la fuerza de la oposición más votada con 23 escaños, el PSPV (sucursal del PSOE) perdió el pasado domingo 10 diputados respecto a 2011. Asimismo, Podemos no cumplió las grandes expectativas generadas en los meses previos por las encuestas y se quedó como quinta fuerza más votada y 13 diputados, cinco de ellos a costa de Esquerra Unida, que queda fuera de las Corts. Frente a la dinámica negativa socialista y las expectativas frustradas de los morados, Compromís sumó 13 nuevos escaños para situarse con 19. Además, aspira a conquistar más de 60 alcaldías, incluidas la de València, donde su candidato, Joan Ribó, consiguió ser el más votado de la oposición, quedándose a tan solo un concejal de la defenestrada Barberà.

«No es flor de un día, es el resultado de años de trabajo», destaca el politólogo Carlos Villodres, buen conocedor de las entrañas de Compromís, en cuya campaña ha colaborado en los últimos meses. «A través del trabajo y la confrontación diaria, Compromís ha conseguido situarse como principal fuerza anticorrupción en la mentalidad de los valencianos y de ahí sus resultados», añade Villodres, que apunta la extensa implantación territorial de la coalición econacionalista como principal elemento que ha permitido salir más que airoso del impulso con el que llegaba Podemos.

No está de más fijarse en la naturaleza de Compromís, un fenómeno «a medio camino entre una coalición y un partido», en palabras de Villodres, que explica que a nivel general los partidos tienen presencia como entes diferenciados, pero que a nivel local y comarcal los militantes se organizan en el seno de la coalición, donde existen órganos decisorios al margen de los partidos. En resumen, una organización flexible que permite la incorporación de independientes («cada vez tienen más importancia», dice Villodres), que funciona sin cuotas aunque con representación garantizada para los partidos y que escoge candidatos a través de primarias, lo que da como resultado que la cabeza de lista a las Corts, Mónica Oltra, provenga de uno de los partidos minoritarios de la coalición (Iniciativa), sin que la formación mayoritaria (Bloc Nacionalista) se eche las manos a la cabeza. De hecho, todos coinciden en que la candidatura de Oltra, la política mejor valorada en el País Valencià desde hace años, es uno de los grandes aciertos. Lo es por su capacidad y por su presencia mediática, «que se debe a su actividad política y no al revés, como pasa en otros casos últimamente», apunta Villodres.

Lo que está por ver, sin embargo, es el desarrollo de las negociaciones a tres bandas para formar el gobierno de cambio, ya que mientras Ximo Puig (PSPV) se postula directamente como nuevo president, Oltra insiste en que lo importante es pactar el programa de mínimos del nuevo ejecutivo, sin descartarse a ella misma como presidenta. Los tiras y aflojas de los últimos días han generado cierta ansiedad en diversos sectores, aunque Villodres lo tiene claro: «Los valencianos han votado por el cambio, por lo que habrá acuerdo».

El cambio también llega a baleares, donde gobernará la izquierda

También en las Illes Balears habrá cambio. El PP de José Ramón Bauzà (que ya ha anunciado que no seguirá) perdió el domingo pasado 15 diputados, quedándose lejos de la mayoría absoluta. Una mayoría que podrán sumar el PSIB (pierde 4 escaños y se queda con 14), Podemos (irrumpe con 10 diputados) y MÉS, al que se podría definir como equivalente mallorquín de Compromís y que en las elecciones del 24M consiguió 9 escaños. El pacto más que probable entre estas tres fuerzas no solo desalojará al PP del Gobierno autonómico, sino que permitirá también el recambio en los consejos insulares y en las principales ciudades de las Illes.Beñat ZALDUA