Amaia U. LASAGABASTER
MUNDIAL DE FÚTBOL FEMENINO

Cuatro semanas para disfrutar con la mayor constelación de estrellas

Canadá se convierte desde mañana en epicentro del fútbol mundial. Las 24 mejores selecciones del planeta pelearán por el cetro que defiende Japón. Cinco futbolistas vascas y el ziburutarra Philippe Bergeroo disputarán, por primera vez, un Campeonato del Mundo en el que Alemania y Estados Unidos parten como máximos favoritos.

La veterana guardameta Nadine Angerer, Balón de Oro con más de un centenar de partidos internacionales. La jovencísima debutante Vivianne Miedema, máxima goleadora de la fase de clasificación. La mediática Abby Wambach, bicampeona olímpica y dueña de media docena de récords. Y así hasta los 552 nombres, 552 historias, una constelación de estrellas que sueña con hacerse con el cetro mundial del fútbol femenino.

Desde mañana y hasta el próximo 5 de julio, Canada acoge la séptima edición del Campeonato del Mundo, que regresa a Norteamérica en busca del sucesor de Japón en el palmarés. Las Nadeshiko sorprendían hace cuatro años, haciéndose con un cetro que hasta entonces habían alternado las selecciones europeas (Alemania en dos ocasiones y Noruega) y la estadounidense, bicampeona. Solo por eso, el equipo de Norio Sasaki –uno de los cinco únicos países que ha participado en todos los Mundiales anteriores– ya parte entre los candidatos. También por la calidad de unas jugadoras eternamente encabezadas por Homare Sawa. Será el sexto Mundial para la centrocampista, algo que no ha conseguido ningún futbolista antes. Japón, además, llega con su primer título asiático en el bolsillo y el convencimiento de ser mejor que hace cuatro años.

Pero pese a los argumentos de las niponas, los máximos favoritos son otros. Los de siempre, los grandes dominadores históricos del fútbol mundial, Estados Unidos y Alemania, con una espinita clavada desde hace cuatro años. Por perder una final que parecía claramente suya en el caso de las norteamericanas, que además se habrían convertido en la primera selección en conquistar tres títulos. Y por caer en cuartos en «su» Mundial en el caso de las alemanas. Ambos equipos han celebrado alegrías posteriores, los Juegos Olímpicos uno y la Eurocopa el otro, con equipos paulatinamente renovados con los que ahora esperan alcanzar su tercer título mundial.

Como demostró Japón hace cuatro años, las sorpresas tienen cabida en el torneo, aunque no parece haber demasiadas selecciones capaces de protagonizarla. Las propias asiáticas, quizá la anfitriona, con más equipo que jugadoras y con, evidentemente, una especial motivación, quién sabe si Noruega, subcampeona en el último Europeo, y más probablemente, Francia. Las galas van a la cita con una generación de futbolistas que ha ido progresando en los últimos años, que no parece haber alcanzado aún su techo, pero que no acaba de trasladar a los torneos por selecciones los éxitos que sí han conseguido muchas jugadoras con sus clubes. Puede haber llegado el momento de dar un paso adelante.

Su objetivo es alcanzar, al menos, las medallas. Que además le aseguraría un premio añadido. Las cuatro selecciones europeas mejor clasificadas estarán en los Juegos de Río.

Le Sommer, Thomis, Abily, Necib ... El número de estrellas con las que trabaja el seleccionador bleu, el ziburutarra Philippe Bergeroo, parece interminable. Y sin embargo palidece ante otras escuadras. Sobre todo la estadounidense. Solo, Morgan, Lloyd, Rampone –única superviviente del título de 1999– Rapinoe, Leroux, Press... y Wambach, claro. A sus 35 años y con todo tipo de récords a sus espaldas, aspira a apuntarse otro, convertirse en la máxima goleadora en la historia del Mundial.

De momento lleva trece, a apenas dos de la marca de Birgit Prinz. Y con una dura competidora. La brasileña Marta, que tiene catorce. Otro nombre propio de una lista en la que tampoco pueden faltar las suecas Schelin y Seger, la nigeriana Oshoala, las japonesas Sawa, Ogimi y Kumagai o las teutonas Sasic y Maroszan.

Claro que Alemania es también, posiblemente, la selección que llega con las ausencias más destacadas. Ni la última Balón de Oro Nadine Kessler, con una lesión de rodilla, ni Lira Alushi, que acaba de anunciar su embarazo, estarán en Canadá.

Hay muchas aspirantes a ocupar su hueco en la particular constelación mundialista. Incluyendo jugadoras que se ven por primera vez entre las mejores selecciones del planeta –ocho de las 24 participantes son debutantes –, como la costarricense Shirley Cruz o la española Vero Boquete.

Junto a la delantera gallega debutarán también en el Mundial Eli Ibarra, Leire Landa, Irene Paredes, Ainhoa Tirapu y Erika Vázquez, representación vasca en el Mundial junto a Philippe Bergeroo.

Récord de asistencia

Sus evoluciones las seguirá mucha, mucha gente. Por televisión y en directo. El Mundial de Alemania batió el récord histórico de espectadores en los estadios, con 845.000 asistentes. El de Canadá –con más partidos, obviamente, al pasarse de 16 a 24 selecciones– ya ha alcanzado ese número de entradas vendidas, aspira a llegar al millón y no descarta plantarse en el millón y medio de espectadores. Las entradas para el partido inaugural y la final están agotadas desde hace meses.

Se disputarán, respectivamente, en Edmonton y Vancouver. En dos campos de hierba artificial, como todas las demás sedes. Ahí radica la gran polémica previa a este Mundial que, por primera vez, se disputa sobre superficie artificial y que incluso llevó a las jugadoras a acudir a los tribunales. Fue en vano.

La otra gran polvareda se ha levantado en los últimos días, con la confirmación de que la FIFA puede exigir a las jugadoras pruebas de verificación de sexo, a las que algunas federaciones ya han sometido a sus futbolistas.

Pues son mujeres, sí, y juegan muy bien al fútbol. En las próximas cuatro semanas todo el planeta podrá disfrutarlo.