S.YABURI-S.SAMHAN
BAGDAD-BEIRUT

Un año de califato del EI asentado en la inestabilidad de Siria e Irak

El autoproclamado califato del Estado Islámico (EI), que hoy cumple un año, emergió en Siria e Irak aprovechándose de la inestabilidad y los conflictos en ambos países, donde los yihadistas aplican la ley del terror que se ha cobrado ya la vida de más de 12.000 personas en el territorio que dominan. Una vez derrotado el EI, algo que todavía ven lejos, expertos auguran un nuevo orden regional con los actuales estados más fragmentados.

El Estado Islámico (EI) impuso hace hoy un año la opresión y la tiranía desde Alepo, norte de Siria, hasta Diyala, este de Irak, bajo lo que denominó «califato» y donde su represión ha acabado ya con la vida de más de 12.000 personas. Según EEUU, el EI ha perdido el control de entre 13.000 y 17.000 kilómetros cuadrados desde que lo instauró.

El EI, de tendencia radical suní, avanzó rápidamente por ambos estados aprovechando el choque entre suníes y chiíes, y a pesar del acoso aéreo de la ofensiva lanzada por la alianza internacional encabezada por EEUU, que apoya a las fuerzas que lo combaten sobre el terreno, se ha mantenido firme y ha logrado financiación gracias a la venta de petróleo, a los secuestros, la extorsión y al saqueo de museos y lugares arqueológicos.

Sus orígenes, vinculados a Al Qaeda, se remontan a la época de la ocupación estadounidense en Irak, a partir de entonces dio el salto a Siria, donde adquirió poder al calor de la guerra, y se independizó de la organización dirigida por Ayman al-Zawahiri.

Según analistas consultados por Efe, su aparición no puede estudiarse de forma aislada y se enmarca en los profundos cambios políticos en Oriente Medio.

El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Americana de Beirut Hilal Jashan cree que «emergió con apoyos regionales», y destacó que en la zona hay una lucha de poder entre Irán y Arabia Saudí, con sus respectivos aliados.

El analista político iraquí Raad al-Ramadan apoyó esta hipótesis al señalar el objetivo de la creación del califato es «dividir a los países árabes y generar violencia sectaria». Afirmó que el EI lo ha logrado en Irak, ya que la población se reparte entre los partidarios del califato, en reacción a las políticas del ex primer ministro, el chií Nuri al-Maliki; los detractores, que lo ven como una amenaza; y los defensores de un Estado laico.

Pese a la vocación internacional del EI, que ha perpetrado atentados en varios países y ha atraído a miles de combatientes de todo el mundo, su principal radio de acción sigue circunscrito en Irak y Siria, donde tiene varios frentes abiertos.

Los yihadistas establecieron la capital iraquí de su califato en Mosul, mientras que en Siria fijaron su principal bastión en Al-Raqa, norte del país, tras arrebatársela al Frente al-Nosra.

En Siria, el EI controla 95.000 kilómetros cuadrados y aunque ha perdido terreno recientemente en el norte frente a las fuerzas kurdas, conserva su capacidad de ataque como lo demuestran las reciente ofensivas en Kobane y Al-Hasaka y su avance frente a las fuerzas del régimen en el centro del país.

En Irak, su bastión es el norte desde que tomó Mosul y mantiene en jaque a las fuerzas iraquíes en Al-Anbar, pese al golpe que le propinaron en marzo al arrebatarle la ciudad de Tikrit.

«Un socio de fiar»

Para la directora del centro de estudios Carnegie de Oriente Medio de Beirut, Lina Jatib, tanto en Siria como en Irak, los kurdos han ganado terreno «gracias al apoyo de actores regionales, porque se presentan como un socio de fiar para Occidente».

A juicio de Al-Ramadan, ese progreso kurdo está causando un cambio demográfico en Irak, porque en su lucha contra el EI los kurdos han conquistado localidades que estaban bajo la autoridad de Bagdad antes de la declaración del califato.

Ante este panorama, es complicado imaginar que la situación vuelva a su estado anterior a esa declaración, en caso de una hipotética derrota del EI, que los expertos ven lejos.

Jashan consideró que los bombardeos de la coalición liderada por EEUU no han sido suficientes porque «no tiene prisa por derrotar al EI», y apunta que «estamos ante cambios históricos en Oriente Medio».

Sin duda, subrayó, el día en que el EI sea vencido emergerá un nuevo orden regional «tras muchas operaciones militares y derramamiento de sangre». «Los países actuales seguirán existiendo, pero más fragmentados porque caminan hacia el federalismo; algo que también interesa a Israel, que sus vecinos estén divididos», reflexionó.

Una pesadilla convertida en realidad para la población

Matrimonios forzados de mujeres, entrenamiento militar de menores, expolio de bienes, castigos brutales... La lista de maldades perpetradas por el Estado Islámico en su califato, donde reina la arbitrariedad y el terror, es interminable. Entre todas ellas destacan sus métodos represivos, cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo. Ejecutan y graban en vídeo fusilamientos, decapitaciones, degollamientos y lapidaciones, así como la quema de sus víctimas o su lanzamiento desde azoteas. Las cabezas son trofeos de guerra para los yihadistas, que las exhiben en lugares bien visibles. La decapitación es utilizada como arma sicológica destinada al enemigo externo e interno para someter mediante el terror a poblaciones de zonas de guerra. «En la cabeza reside la humanidad y la decapitación es un gesto de deshumanización. En todas las civilizaciones y en todas las épocas, la cabeza ha sido el trofeo absoluto del enemigo», recuerda el historiador Michel Porret.GARA