GARA
viena

Irán y EEUU, enemigos inseparables que forjan una nueva relación

Enfrentados durante 35 años, Irán y EEUU, reunidos esta semana en Viena, han forjado durante veinte meses contactos diplomáticos intensos en el marco de las negociaciones nucleares, al menos personales, pero que pueden anticipar un escenario totalmente nuevo.

Aunque ya no se escuchan acusaciones contra el «Gran Satán» y el «Eje del mal», EEUU e Irán no han reanudado las relaciones diplomáticas interrumpidas en 1980. Los gritos de «Muerte a América» todavía se escucharon en el Parlamento iraní la semana pasada y Washington acaba de anunciar que mantiene a Irán en su lista de «estados que apoyan el terrorismo». Pero desde su primer encuentro histórico en setiembre de 2013 en la sede de la ONU, los responsables de las respectivas diplomacias, John Kerry y Mohammad Javad Zarif, y sus equipos han multiplicado las reuniones, en Ginebra, Lausana o Viena.

Ambos, –principales negociadores en este dossier que también implica a China, Estado francés, Gran Bretaña, Rusia y Alemania– se han reunido a menudo y sus relaciones son tildadas de «cordiales». Las buenas maneras son sistemáticas: se felicitan cumpleaños o nacimientos y se presentan condolencias. Este acercamiento humano inquieta a Israel y Arabia Saudí, aliados tradicionales de EEUU, que temen el refuerzo del papel de Irán en la escena regional e internacional.

E irrita a los sectores más conservadores en sus respectivos países. En EEUU, los halcones de la oposición republicana acechan para complicar un eventual levantamiento de las sanciones y adoptar otras nuevas.

A su vez, Zarif es diana de la línea más dura si bien ayer logró un valioso apoyo del Guía Supremo, Ali Jamenei, que calificó a él y su equipo de «valientes» y «dignos de confianza». Con todo, Jamenei recuerda habitualmente, las «líneas rojas» de la negociación. «Las negociaciones corresponden al dossier nuclear y a nada más», advirtió en abril, aunque admitió que «si la otra parte renuncia a su enfoque torticero, podemos trasladar esta experiencia a otras cuestiones».

Oficiales de EEUU han reconocido que la salida de presos estadounidenses en Irán y los conflictos de Irak, Siria y Yemen ya han sido abordados al margen de la negociación. Pero tras décadas de hostilidad y desconfianza, –no se olvida la crisis de los rehenes–, los esfuerzos para llegar a un acuerdo, más allá de los apretones de mano, serán «muy duros» dice un alto cargo.

Extienden la negociación una semana más

Irán y el Grupo 5+1 decidieron ayer en Viena darse una semana más, hasta el 7 de julio, para tratar de cerrar un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear iraní tras constatar que no sería posible hacerlo antes de que expirara el plazo inicial, ayer a medianoche. En virtud del acuerdo interino, alcanzado en noviembre de 2013, Irán accedió a dar algunos pasos para limitar su programa nuclear a cambio de una suspensión limitada de las sanciones económicas antes de las conversaciones sobre un acuerdo final. Paralelamente, la Unión Europea amplió ayer una semana la congelación de las sanciones contra Irán para dar más tiempo a las negociaciones, informó el Consejo Europeo. Los puntos que bloquean el acuerdo siguen siendo la inspección de instalaciones militares por parte de la AIEA o la duración del acuerdo. Las potencias occidentales plantean un mínimo de 10 años para limitar la capacidad nuclear iraní lo que Teherán juzga excesivo. Según afirmó el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el acuerdo «está alcance de la mano».GARA