Pablo CABEZA
BILBO

Mañana se inicia un BBK Live liderado por los británicos Muse

No deja de ser curioso este asunto de los festivales, donde acuden miles y miles de aficionados para seguir propuestas que no son las habituales en las radios, al menos las emisoras comerciales o asentadas. Tampoco son, de paso, nombres que estén en las listas de ventas locales; sin embargo, conscitan un interés inusitado planteadas desde un festival. Un lugar, por lo visto, donde la gente acude por la música inhabitual, el asueto y la ensoñación.

Hace diez años, el BBK Live iniciaba con Last Tour International un festival de textura confusa, combinando estilos encontrados y sensibilidades muy diferentes. Con los años, el perfil del festival comienza a homogeneizarse. Además, las diferentes obras de infraestructura permiten la expansión y, ganar en atractivo.

Al monte se le mordisquea por sus lados más intrascendentes, así hasta convertir Kobetamendi en un espacio más acogedor y listo para poder albergar el tránsito de más de 40.000 personas diarias, una empresa de vértigo que ha derivado que año tras año se haya tenido que modificar la estructura en un sentido u otro. Este año es el cambio de capacidad del cámping, pasando de los 15.000 asistentes a los más manejables y humanos 10.000.

Con el tratamiento del césped y su cuidado se han dado muchos pasos en falso, por lo que creemos que aún es mejorable para que este no desaparezca en un día de los escenarios principales.

El cámping es la mayor modificación sufrida a lo largo de su caótica existencia. Hace años estaba ubicado contiguo al festival, pero desbordado por todas partes. El cámping es un atractivo, pero también un quebradero de cabeza hasta la llegada de la actual solución, las campas del monte Arraitz, que, no obstante, disgustaron a muchos campistas en su primer año de implantación. Lo tipo en los cambios de calado.

Que todo el tendido eléctrico de alta tensión quedará soterrado fue otro momento importante en este decenio, así como el aumento de oferta interior y comodidad.

Sin música bastarda

Si se mira la lista de los discos más vendidos, lo más descargado digitalmente o lo escuchado por streaming, el resultado es decepcionante desde el relativo sentido común de lo que la cultura musical se merece. Pero en este arte, como en otros, el cine por ejemplo, lo zafio y evidente va tomando espacios con lo que la sociedad tiende cada vez a ser más vulgar o previsible.

Por fortuna, la minoría es muy amplia y aunque en los festivales influyan otros aspectos que la música para que triunfen, lo normal es que los “operación triunfo” y derivados ni se presenten ni se les espere, y que sean nombres más “elegantes” y preparados los que se apoderen de su programa.

Buena parte de los asistentes no conocen a gran parte de los nombres del cartel, pero con dos ofertas destacadas por día les vale, al tiempo que saben que descubrirán artistas ignotos dispuestos a sugerirles durante una hora de show.

Vender no han vendido nada entre nosotros, pero escuchar en directo a Of Monster of Man debe de entusiasmar a los miles y miles de aficionados que estén en Kobetamendi. Su folk rock actualizado supone una buena mezcla de sonido acústico, eléctrico y melodías tan acogedoras como emocionales. Con una pizca de sensibilidad en la sangre se descubre a un grupo cautivador –en especial por la voz de Nanna Bryndís Hilmarsdóttir–, que encaja en esa globalidad llamada indie. Los islandeses son un ejemplo de éxito semidesconocido necesario. Han grabado solo dos álbumes, pero ahí están, un sábado y justo antes que Muse, y con todo merecimiento. Lo más lacerante del asunto es que sin un festival, difícilmente hubiesen pasado por Euskal Herria.

El buen gusto existe y convive entre nosotros, solo hay que activarlo. Hay casos irrecuperables, claro, la educación musical –si se estima que es pertinente y primordial– a veces es irreversible.

Muse

El cartel del Bilbao BBK Live llamó la atención en especial por la jornada del sábado con la inclusión de Muse. A dos meses de la fecha de actuación ya habían conseguido (con la ayuda del bloque) agotar abonos y después entradas. Los otros dos cabezas de cartel son mañana Munford & Sons con el apoyo de Couting Crows y el viernes The Jesus and Mary Chain, Azaelia Banks, Ben Harper y Alt-J. En el escenario Carpa, a las 23.30, en una buena hora para unos Zea Mays que atraviesan su momento más popular.

El éxito de Muse se entiende al dirigirse a veteranos y jóvenes seguidores del sonido de Coldplay o U2, por muchos matices que separen o envuelvan a cada propuesta. Con “Drones”, su reciente disco, ha sido número uno en EEUU por primera vez.

Los escoceses The Jesus and Mary Chain fueron grandes entre la mitad de la década de los ochenta y la mitad de los noventa. Su sonido distorsionado y voces escondidas enganchó con fuerza a la generación pospunk. En 2007 la banda de los hermanos Reid regresaba a la carretera. En el BBK Live repasarán, preferentemente, su disco “Psychocandy”, del que se celebran 30 años.

Nos sugiere más el jueves con la apuesta por Munford & Sons, grupo londinense en la esfera del folk-rock. Lástima que la previsión climática apunte a que los días de calor serán viernes y sábado, ya que tumbarse sobre las campas con “Wilder Mind” sería un inmenso placer.

Hay cinco escenarios en el presente BBK Live, así que lo aconsejable es recorrer el programa con atención (hay bandas pequeñas excepcionales) y seleccionar con criterio, sin dejarse llevar por la corriente.

Autobuses, horarios, cámping... y otras opciones de movilidad

El hecho de que el BBK Live se celebre en una zona de complicada orografía de estrechas carreteras y sin posibilidades de aparcamiento, salvo para residentes, complica cada año la movilidad, por lo que para estos tres días, 9, 10 y 11, solo cuentan con permiso de movilidad en coche los residentes y personal relacionado directamente con el festival, por tal motivo desde el Consistorio bilbaino se corta la circulación y desde la organización entra en juego el plan de autocares. Los asistentes al Bilbao BBK Live contarán con una flota de 36 autobuses lanzadera puestos a su disposición de forma gratuita tanto para ir al recinto como para regresar de este. A la ida los buses partirán desde el BEC! (Barakaldo), cerca de la parada de metro de Ansio, y desde las inmediaciones de la estación de Termibús, San Mamés, concretamente al fondo de la calle Capuchinos de Basurtu, en la parte trasera del edificio BAMI (Hacienda-EiTB).

Los autobuses prestarán servicio ininterrumpido desde las 8.00 horas del jueves 9 de julio y hasta las 15.00 horas del domingo día 12, con frecuencias de servicio variables, según la demanda y las necesidades previstas; pero todos los días del festival, a partir de las 16.00, pararán en las inmediaciones de la antigua fábrica de Beyena (ya no subirán hasta el recinto festivo), y desde allí los asistentes deberán recorren los escasos 800 metros que les separan del recinto del festival. Los campistas también disponen de autobuses tanto para subir hasta el cámping, monte Arraitz, como para bajar hasta el concierto. Metro Bilbao mañana ofrecerá servicio hasta las tres de la madrugada. Viernes y sábado ya tiene servicio nocturno.

El Ayuntamiento de Bilbo subvenciona BBK Live con alrededor de millón y medio de euros, por lo que recibe un considerable número de abonos VIP y entradas diarias, cantidad diferente para cada grupo municipal. EH Bildu ha decidido renunciar a los 16 bonos VIP y 12 entradas corrientes recibidas para ponerlas a disposición de la plataforma digital Uriola.eus y la radio local Bilbo Hiria para que «procedan a su sorteo». P..C..