El líder del Partido Comunista de Vietnam fue recibido ayer por el presidente de EEUU, Barack Obama, en el Despacho Oval, en un encuentro sin precedentes no exento de críticas.

Cuarenta años después de la derrota de EEUU en la guerra y veinte años después del restablecimiento de relaciones diplomáticas, el presidente de EEUU aprovechó el encuentro con Nguyen Phu Trong, secretario general del Partido Comunista de Vietnam (PCV), para anunciar su intención de visitar ese país «en el futuro», aunque sin concreciones. «Tengo ganas de visitar su precioso país en algún momento del futuro», dijo Obama a su invitado, que se mostró complacido de que el mandatario estadounidense aceptara su invitación a su país.

El expresidente Bill Clinton, que normalizó las relaciones con Vietnam, ya efectuó en 2000 una histórica visita de reconciliación. La Administración Obama, que ha hecho de Asia la región clave de su política exterior, muestra claramente su interés en continuar reforzando lazos con Hanoi. Así, el presidente celebró el «notable progreso en la relación entre los dos países a lo largo de los últimos 20 años», dada la «difícil historia» pasada.

Por su parte, Vietnam espera desarrollar su cooperación económica, pero también la militar con EEUU, en un momento en el que ambos países acusan a China de aumentar su agresividad en el conflicto territorial del Mar de China meridional.

Obama subrayó «la importancia de resolver la disputa marítima en el mar de China Meridional a través del Foro de Coope- ración Asia Pacífico de acuerdo con el derecho internacional».

En una carta abierta al presidente, varios congresistas –tanto demócratas como republicanos– rechazaron que Nguyen Phu Trong hubiera sido invitado a la Casa Blanca, ya que no se trata de un jefe de Estado ni de un representante de un Gobierno elegido. «Este sistema autoritario de partido único está en el origen de la deplorable situación de los derechos humanos en Vietnam», subrayaron. «No es una reunión clásica para el presidente», explicó un alto responsable estadounidense, que subrayó que el líder del PCV es el verdadero hombre fuerte de su país y que este encuentro es importante para reforzar los vínculos con Hanoi.

Uno de los temas a tratar fue el embargo de armas del que el pasado octubre Washington anunció su levantamiento parcial autorizando las ventas a Vietnam de equipos de defensa para su seguridad marítima, como barcos patrulleros armados. Cualquier otro suministro de armas sigue prohibido.

«Hemos dicho a los vietnamitas que estaríamos muy atentos a los progresos sobre derechos humanos antes de tomar decisiones sobre el embargo», señaló el Departamento de Estado.

China rechaza las críticas de EEUU

El Gobierno chino criticó duramente a EEUU por calificar, en su última actualización sobre informe de Estrategia Nacional Militar, de agresivas e inconsistentes con el derecho internacional las reclamaciones del gigante asiático sobre los territorios del Mar del Sur de China. Esta actualización es la primera que el Pentágono efectúa desde 2011 sobre el documento, que detalla las líneas generales de la estrategia militar de EEUU en el mundo. Concretamente habla de China al denunciar que «sus agresivos esfuerzos de reclamación no hacen más que incrementar la tensión en la región de Asia-Pacífico». El Pentágono se refiere por ejemplo a construcciones chinas en zonas disputadas como las islas Spratly –donde ha llegado a levantar una pista de aterrizaje–-, donde países como Filipinas también reclaman intereses. También está a punto de concluir la construcción de islas artificiales, un archipiélago destinado a uso militar que contribuya a convertirla en una potencia marítima. La respuesta de China, a través de la portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua Chunying, fue contundente: «Queremos expresar nuestra insatisfacción sobre las exageraciones irracionales formuladas en el informe sobre la amenaza de China». «Ya hemos expresado claramente y en varias ocasiones nuestra postura sobre la construcción de islas y arrecifes artificiales, y creemos que EEUU debe abandonar su mentalidad de Guerra Fría», añadió. GARA