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BILBO

Tubacex no descarta un ERE en sus plantas vascas en los próximos meses

El consejero delegado de la empresa alavesa Tubacex, Jesús Esmorís, manifestó ayer que es «momento de cuidar la caja» en la empresa ante la situación derivada de la bajada del precio del petróleo y añadió que no descarta la posibilidad de aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en sus plantas en Araba, si bien dependerá de la evolución de los pedidos que reciba la compañía en los próximos meses.

El consejero delegado de Tubacex, que cuenta con plantas de producción en los municipios alaveses de Laudio, Amurrio y Artziniega, intervino ayer en Bilbo en el desayuno informativo organizado por ADYPE, la Asociación de Directivos y Profesionales de Euskadi, donde expuso la estrategia de internacionalización de Tubacex, compañía que en 2014 aumentó su beneficio neto en un 58,3% (hasta 23,7 millones de euros), mientras en el primer trimestre ganó 9,36 millones brutos, un 22,8% más.

En su intervención, analizó la situación de la empresa –que descartó instalar una nueva planta en la CAV para hacerlo en Cantabria–, para señalar que, como el resto del sector, se ha visto afectada por el descenso del precio del petróleo que, según dijo, les ha «caído de sorpresa», sobre todo, por su «magnitud», que ha conllevado la reducción de la demanda del tubo de acero inoxidable sin soldadura.

Debido a esa situación, aseguró que la empresa ha tomado «medidas a corto plazo» para reducir costes y aunque no se ha paralizado ninguna inversión estratégica, «está cuidando mucho la caja» y el capital circulante.

Jesús Esmorís añadió que también se han tomado medidas en cuanto al personal, «aunque sin hacer demasiada sangre». Tubacex ha aplicado ya un ERE en su planta italiana y un «semi ERE» en la que tiene en Austria. Esmorís confió en no tener que hacerlo en sus plantas vascas, si bien no lo descartó y afirmó que esa posibilidad dependerá de cómo evolucionen sus pedidos después del verano.

Aseguró que las plantas alavesas han bajado «mucho» la producción, pasando de tres a dos turnos y parando algunos días. Además, la compañía tiene un plan para diversificar su negocio, con el objetivo de evitar la dependencia del mercado del petróleo.

Esmorís hizo una previsión «optimista» sobre la evolución del mercado a medio plazo y confió en que las medidas de Tubacex para reducir costes le permitan «sufrir menos» la caída de pedidos y que, unido a su buen posicionamiento en el mercado respecto a sus competidores, la empresa saldrá «reforzada de la crisis».

1.850 despidos en Indra

Entretanto, la compañía Indra planteó ayer a los sindicatos el despido de 1.850 de sus trabajadores en el Estado español, aproximadamente el 10% del total, lo que, sumado a los 1.000 despidos que llevará a cabo en Latinoamérica, eleva el ajuste a cerca de 3.000 de sus 39.000 empleados.

En el Estado español, el ajuste afectará a Indra Sistemas, compañía del grupo que engloba las áreas de tecnologías de la información y de seguridad, defensa, tráfico y transportes, según explicaron fuentes sindicales, que consideran la propuesta «excesiva y desproporcionada».

Indra justifica el despido colectivo en causas económicas y productivas y asegura que el objetivo es hacer frente a las pérdidas de los últimos trimestres.

El comité de Laminaciones Arregui reclama un acuerdo

El comité de empresa de Laminaciones Arregui valoró ayer positivamente el Informe de la Inspección de Trabajo sobre el despido de 80 trabajadores, previo al juicio sobre este asunto que se celebrará el martes en el TSJPV, y reiteró que quiere solucionar «de una vez por todas» el conflicto y que la única manera de hacerlo no es otra que mediante un acuerdo que tenga como base «la voluntariedad, la garantía de empleo y la garantía industrial».

Representantes del comité comparecieron ayer en Gasteiz para anunciar la manifestación que tendrá lugar mañana a las 19.30 en la Virgen Blanca y denunciaron que «la apuesta por la imposición, además de causar sufrimiento, también le ha resultado muchísimo más cara», ya que solo en 2014 la empresa se gastó más de 11 millones de euros en indemnizaciones.

Respecto al informe de la Inspección de Trabajo, el comité entiende que refleja lo que viene denunciando: «Que bajo una apariencia de legalidad y un proceso disfrazado, se pueden intuir las reales intenciones de la empresa, un plan meticulosamente trazado para no cumplir la sentencia del Tribunal Supremo que ratificaba la nulidad de los despidos ejecutados en el año 2012 y seguir ejecutando una venganza contra el colectivo que se plantó ante sus imposiciones».

Todos los partidos del Ayuntamiento de Gasteiz salvo el PP mostraron ayer su apoyo a los trabajadores de Laminaciones en su defensa del mantenimiento del empleo porque lo consideran «prioritario en la situación social en que se encuentra Araba».

En un comunicado conjunto, EH Bildu, PNV, PSE, Hemen Gaude e Irabazi apuestan por la negociación «como fórmula que ponga fin a este largo conflicto laboral». GARA