Iñaki IRIONDO
TOMA DE POSESIÓN DEL PRESIDENTE DEL TVCP

URKULLU ALABA Y BILBAO CALLA, SEñALES DE INCOMODIDAD

PUDO PARECER PROTOCOLARIAMENTE MEDIDO, PERO EL DEMONIO ESTÁ EN LOS DETALLES Y EN LAS COMPARACIONES. NI EL LEHENDAKARI NI JOSÉ LUIS BILBAO ESTÁN CÓMODOS CON LA SALIDA «PROFESIONAL» QUE EL PNV HA DADO AL EX DIPUTADO GENERAL. URKULLU INTENTÓ JUSTIFICAR LO INJUSTIFICABLE Y EL NUEVO PRESIDENTE DEL TVCP CALLA.

Toma de posesión en Ajuria Enea. Todo medido. De frente los miembros del Gobierno. A la derecha la Mesa del Parlamento, a la izquierda los nuevos miembros del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas y en medio la mesa de las promesas del cargo. Al fondo, detrás de los consejeros, una solitaria ikurriña que dada su ubicación no puede decirse que presida el acto. (De todas formas, esto último no se lo cuenten a Carlos Urquijo). Entra el lehendakari y lee primero el decreto por el que nombra vicepresidente del TVCP a José Ángel Quintanilla (PSE) que promete el cargo en castellano. Se dan la mano. Después llega el turno del presidente, José Luis Bilbao (aquí no pongo su sigla porque es de sobra conocida), que promete en euskara. También se saludan, aunque de forma evidentemente contenida entre amigos de toda la vida.

Y llega el momento del discurso, que por las características del acto ha de ser necesariamente breve, a la vez que formal y directo. Dado que se trata de un órgano fiscalizador, al lehendakari le corresponde recordar que la sociedad, y más en estos tiempos (esto conviene recalcarlo), exige transparencia y control «de cada uno de los euros» que gastan las instituciones. Conviene siempre dejar caer que los miembros del tribunal no se deben dejar influir por presiones partidarias, pese a que cada uno de ellos sepa de quién y de qué depende la futura renovación de su cargo. Ahí es imprescindible incluir la palabra «independencia», pero no como concepto nacional sino como virtud teologal de cualquier auditor de cuentas públicas.

Acabado el acto, siempre es conveniente que el nuevo presidente haga unas declaraciones ante los medios, contando lo honrado que está de haber sido nombrado para el cargo y lo honrado que será en su ejercicio, «sin arrugarse» ni ante quienes no quieran dejarse fiscalizar de buena gana ni ante las presiones que puedan ejercerse desde fuera del TVCP.

Hecho diferencial

En casos anteriores no se han hecho alusiones directas a las capacidades de los integrantes del tribunal, y menos a las de su presidente, puesto que las mismas se suponen intrínsecas a su elección. La duda ofendería.

Sin embargo, ayer el lehendakari, Iñigo Urkullu, se sintió obligado a hacer explícita su «confianza en la profesionalidad y actitud responsable de las personas que forman parte de este tribunal». Y a dejar claro que habían sido «elegidas por el Parlamento vasco». A renglón seguido, precisó todavía más afirmando que «tanto José Luis Bilbao como José Ángel Quintanilla han demostrado capacidad y saber hacer en sus responsabilidades institucionales. Cuentan con preparación y conocimiento en la gestión económica. Han dado muestra de su vocación y entrega al servicio público».

Está claro que en esa alusión, Quintanilla (a quien casi nadie conoce) es nombrado para no dejar solo a Bilbao, que hasta anteayer era «el Señor de Bizkaia». Lehendakaritza y el PNV saben que elegir presidente del TVCP al diputado general de los últimos doce años, una de las personas más influyentes del partido, no está bien ni casa con el discurso ese de «la sociedad nos pide...». Y también lo sabe José Luis Bilbao, que ayer no hizo ni la típica declaración de principios de toma de posesión para no afrontar preguntas incómodas. Calla.

Mala conciencia probablemente, pero un tribunal a medida para seis años.