En la antesala de este verano, una noticia se expandió rápidamente a través de los medios de comunicación del Estado francés y, sobre todo, a través de las redes sociales: tras 27 años en antena, el programa satírico “Los guiñoles de la información” de Canal+ France corría el riesgo de desaparecer. El motivo de este inesperado suceso radicaba en que la acidez que emanaba de los comentarios que animaban este espacio emblemático no era del agrado del presidente del grupo de medios Vivendi, Vincent Bolloré. La noticia, fundamentada en las propias insinuaciones realizadas por el magnate, inspiraron una campaña en los medios de comunicación a favor de las sarcásticas marionetas, y en las redes sociales a través de la etiqueta #touchepasauxguignols. La ola de indignación, que se trasladó también a la política y recibió el apoyo de todas las ideologías, llevó a Bolloré a mantener el programa en la parrilla, pero sustituyó al número dos de Canal+ France, Rodolphe Belmer, por Maxime Saada, en lo que se interpretó como un gesto para tener más control sobre el canal. Este episodio contra “Los guiñoles” incluye un nuevo apartado, su emisión pasa a horario codificado y es únicamente accesible para los abonados de pago de Canal + France. Esta «reubicación» ha venido acompañada por el despido de cuatro guionistas de “Los Guiñoles”, los cuales han señalado a través de las redes sociales que se sienten «muy orgullosos de haber trabajado en esta hermosa y prestigiosa emisión». Los firmantes de esta nota –Lionel Dutemple, Julien Hervé, Philippe Mechelen y Benjamin Morgaine– figuran en un listado más amplio relacionado con los despidos que incluye la reestructuración de la cadena. El programa, que cuenta con variaciones en más de 20 países, basa su fórmula diaria en abordar la actualidad informativa durante siete minutos acaparados por criaturas de látex y mucha ironía.