Mikel CHAMIZO
 DONOSTIA

Teatro sobre Santa Teresa en el ciclo de música antigua de Quincena

Juan Mayorga presenta esta tarde, en el convento de Santa Teresa, «La lengua en pedazos», su último guion teatral en torno a la figura de Santa Teresa de Jesús, de quien en 2015 se conmemoran los 500 años de su nacimiento. Con solo dos personajes, Santa Teresa y un Inquisidor, encarnados por Clara Sanchís y Daniel Albadalejo, Mayorga quiere desvelar la «personalidad radical y a contracorriente» de la poetisa y mística abulense.  

La Quincena Musical ha escogido para inaugurar su semana dedicada a la Música Antigua una propuesta francamente inusual en su programación, pues no se trata de un espectáculo musical sino teatral: “La lengua en pedazos”, una de las más recientes creaciones del escritor y guionista Juan Mayorga, que gira en torno a la figura de Santa Teresa de Jesús, nacida en Ávila hace exactamente medio milenio, en 1515. La Quincena ha querido agradecer así a las anfitrionas del Ciclo de Música Antigua, que desde hace más de una década se desarrolla en la capilla del Convento de Santa Teresa, su ayuda desinteresada a la organización de unos espectáculos cuya recaudación se destina íntegramente a proyectos sociales y ONGs. Las monjas de clausura de Santa Teresa, que suelen escuchar los conciertos tras una reja en el coro, podrán disfrutar por primera vez de una función de teatro entre los muros de su capilla, que dará comienzo a las 18.00 y tiene un precio único de 7 euros para el público general.

“La singularidad es subversiva”, decía Edmond Jabès. Juan Mayorga recuerda siempre esas palabras cuando piensa en Santa Teresa de Jesús. “Nos han acostumbrado a verla como centinela de un cierto orden, pero basta abrir sus escritos y recordar el modo en que levantó sus fundaciones para reconocer en ella a una insurrecta”, afirma el madrileño. “La España del XVI fue rica en hombres y mujeres capaces de empresas que hoy nos producen vértigo. Mas en esa misma España se llamaba ‘perro’ al converso, como lo era el abuelo de Teresa, y resultaba sospechosa una mujer que escribía, sobre todo si escribía con la imaginación y la inteligencia de Teresa”.

Mujer a contracorriente

Mayorga ve en Santa Teresa de Jesús a una mujer “de cuerpo frágil y una voluntad férrea, un personaje tan fascinante y complejo como el mundo en que vivió. Mujer contemplativa y mujer de acción, no hay en ella brecha entre la visionaria y la fundadora de monasterios. Para ella la oración es acción, y cada acto es un modo de orar. Ambos están atravesados por el amor. Y ese amor hace de Teresa de Jesús una subversiva que desestabiliza espíritus, pone en crisis instituciones y divide sociedades”. “La lengua en pedazos” observa el pensamiento de ese personaje contracorriente, “intempestivo en su propio tiempo y en el nuestro”. No se trata de una obra de teatro centrada en la religión, aunque ésta esté presente de forma insoslayable a través del personaje protagonista. A Mayorga, que se reconoce ateo y no cree en la mística de Santa Teresa, le fascina sin embargo el ser humano que se apoya en ella. Y, por supuesto, la poetisa radical que cree encontrar en su obra literaria. “Es suficiente leerla y advertir lo mucho que le debe nuestra lengua y, por tanto, lo mucho que le adeuda nuestra experiencia del mundo”, defiende Mayorga. “Sólo nuestros mayores poetas han sometido a tan extrema tensión la lengua castellana, sólo ellos han abierto para nosotros territorios como los que conquistó aquella mujer dueña de una palabra igual de poderosa cuando pinta las criaturas celestiales que cuando habla de las gentes”.

Ganar para el teatro esa palabra y el personaje que la acuñó fue el primer objetivo de Mayorga en “La lengua en pedazos”. Se propuso arraigar al personaje en una situación ficticia pero verosímil, en cuyo centro estuviese la grave decisión tomada por la todavía monja de la Encarnación al abrir, con gran riesgo para si y para las que la seguían, el monasterio de San José, la primera de sus fundaciones. «Entonces apareció, en mi fantasía, el Inquisidor», explica el autor. “Que fue creciendo hasta convertirse en el otro de Teresa, su doble: aquél con quien ella estaba a destinada a encontrarse y a medirse”.

 

Dos personajes

En la obra, con tan solo dos personajes en torno a una mesa, el Inquisidor acorrala a la monja con incómodas preguntas, la enfrenta a momentos de su vida que acaso ella querría olvidar e intenta prender en su corazón la duda. Y poco a poco, según Mayorga, en el diálogo entre ambos personajes va apareciendo un tercero: “la lengua misma, que transforma vidas y hace y deshace mundos”. “La lengua en pedazos” es el primero de sus textos que Mayorga se ha atrevido a dirigir él mismo. Para ello ha contado con la complicidad de dos actores a los que conoce muy bien: Clara Sanchís, con una larga trayectoria en el teatro clásico, que recibió el premio a la mejor actriz en el Festival de Teatro de Palencia por su interpretación de Santa Teresa en “La lengua en pedazos”; y Daniel Albadalejo, con una amplia experiencia tanto en el cine como en la televisión -desde Hospital Central a Camera Café-, que dará vida al Inquisidor. Entre los tres han fundado la pequeña compañía teatral que produce “La lengua en pedazos” y que han bautizado como La loca de la casa, que es como Teresa de Jesús llamaba a la imaginación. “Entre todos hemos levantado un combate entre un guardián de la Iglesia y una monja desobediente”, concluye el escritor madrileño. “La pelea tiene lugar en la cocina del convento. Allí, entre pucheros, anda Dios”. 

 

Ciclo de Órgano

Además del espectáculo teatral en Santa Teresa, la Quincena Musical ha preparado para esta tarde otra interesante cita que tiene al órgano como instrumento protagonista. Será muy cerca del Convento de Santa Teresa, en la Basílica de Santa María del Coro, a las 20.00, cuando el prestigioso organista Michel Bouvard, profesor en el Conservatorio Superior de París, acometa un programa pensado específicamente para el emblemático instrumento que cobija la basílica, un órgano construido por Cavaillé-Coll. En programa habrá piezas de Cesar Franck, Charles Widor y el propio Bouvard. El recital se enmarca en el Ciclo de Órgano de la Quincena Musical, que arrancó el pasado sábado y que propone hasta una docena de encuentros con intérpretes de primer nivel en las distintas iglesias y órganos repartidos por la ciudad.