«Es inaceptable que, en el siglo XXI, personas que huyen de conflictos, persecuciones, miseria y degradación tengan que soportar experiencias tan terribles», declaró ayer el director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), William Lacy Swing, en la presentación del balance de los siete primeros meses de 2015.

El periplo que inician en sus países de origen y que continúa durante su búsqueda de una vida mejor ha tenido un trágico final para al menos 2.004 personas este año en el Mediterráneo, la ruta «más mortal». El último capítulo de esta tragedia se escribió la pasada semana en el Canal de Sicilia, en el Mediterráneo central, donde murieron un total de 19 migrantes. Hasta el puerto de Messina llegaron los cadáveres de catorce personas que formaban parte de un grupo de 456 personas rescatadas en alta mar. El motor del bote en el que viajaban se recalentó y tuvieron que utilizar el agua disponible para enfriarlo, lo que provocó que catorce personas fallecieran por calor, fatiga y sed, según testimonios de compañeros de travesía.

Operativo de MSF

Italia y Grecia continúan siendo los países de destino, si bien el balance de fallecimientos es muy distinto en ambos casos. Mientras a Italia han llegado 97.000 personas y a Grecia 90.500, en el primero de los casos las muertes se elevan a 1.930 frente a las 60 del segundo.

La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) mantiene un operativo de búsqueda y rescate en la zona que cuenta por cientos el número de personas a las que auxilia casi diariamente. Uno de los buques, el ‘‘Argos’’, llegó a rescatar a 700 personas tras localizar dos precarias embarcaciones de madera frente a las costas de Libia.

La incertidumbre sobre su futuro se mantiene también una vez llegados a tierra. En Alemania, por ejemplo, se han producido ataques xenófobos contra centros de refugiados y albergues de acogida para solicitantes de asilo. El presidente de los servicios secretos del interior, Gans-Georg Maaßen, advirtió de que en un futuro pueden dirigirse contra personas.

En Calais, la Policía francesa actuó contra los 600 intentos de intrusión en el eurotúnel registrados en la madrugada de ayer. Indicó que 400 intentos fueron repelidos, 180 personas fueron alejadas de las cercanías de la terminal y otras veinte fueron detenidas.