GARA
ASHKELÓN

La Policía israelí reprime la solidaridad con el preso palestino en huelga de hambre

Las fuerzas de seguridad israelíes detuvieron ayer a una decena de personas que protestaban en Ashkelón en solidaridad con Muhammad Allan, un preso palestino que cumplirá hoy 63 días en huelga de hambre contra su detención administrativa. Horas antes hubo otro acto de solidaridad frente a hospital donde está ingresado.

Unas 200 personas se concentraron en el cruce de la ciudad de Ashkelón, donde se produjeron disturbios con el lanzamiento de piedras y forcejeos con la Policía.

El preso, cuyo abogado solicitó al Tribunal Supremo su liberación debido a su deteriorado estado físico, ha puesto contra las cuerdas a las autoridades israelíes con una huelga de hambre de más de dos meses que podría obligarles a elegir entre liberarlo o dejarle morir.

El servicio de inteligencia interior israelí, Shin Bet, dice sospechar que Allan forma parte de la Yihad Islámica y de que ha tratado de organizar ataques, pero no ha hay acusación.

Allan se encuentra en estado crítico, intubado, con asistencia respiratoria y en un coma inducido, perdió parte de la visión y la audición y podría haber sufrido daños cerebrales, según los responsables del hospital Barzilai de Ashkelón. Los médicos le proporcionan nutrientes pero mientras no esté en peligro de muerte inmediata respetan su voluntad de no ser alimentado forzosamente, como permite una ley aprobada en julio que la comunidad médica ha recurrido por considerarlo tortura.

Ayer fue visitado por diputados árabes israelíes, que han llevado su caso al Parlamento y exigido que se respete su voluntad.

El ministro palestino de Prisioneros, Isa Qaraqe, pidió que la cuestión de los palestinos presos en Israel sea «un asunto prioritario de los que se presenten ante la Corte Penal Internacional».