El parlamentario y exconsejero Javier Esparza, cabeza de lista de UPN en las elecciones autonómicas, hizo ayer oficial –u oficiosa– su candidatura a la Presidencia del partido, después de la, según dijo, «inesperada» dimisión de Yolanda Barcina.

En declaraciones a la agencia Efe, Esparza dijo que la dimisión es «una decisión personal, desde luego inesperada, que hay que respetar», y añadió que su candidatura «es un paso tomado desde la responsabilidad en un momento muy, muy complejo» para su partido. «Un momento tremendamente delicado», apostilló. Una situación en la que, a su entender, «hay que tener tranquilidad y temple» para, entre todos los afiliados de UPN, «ver cuál es el camino» que hay que seguir, si celebrar una asamblea o un congreso.

«Yo en su momento me posicioné por un congreso porque creía que era lo adecuado y sigo pensando que ese tiene que ser el camino, pero también es verdad que se necesitan votos para convocarlo, con lo cual si no los hay ese camino no se puede seguir», indicó al respecto.

«Que cumpla su compromiso»

Precisamente, la otra presidenciable de UPN, la senadora Amelia Salanueva, quien hace días anunció su intención de postularse, pidió ayer a la Ejecutiva actual que «cumpla su compromiso» y convoque directamente un congreso para elegir a una nueva dirección.

En declaraciones a la misma agencia, Salanueva rechazó la fórmula que Barcina pretende tras su dimisión, la de convocar una Asamblea para elegir a un nuevo presidente que heredaría la actual Ejecutiva, ya que la aspirante entiende que se debe acometer la renovación de toda la dirección mediante el congreso que ya se había previsto convocar antes de que Barcina anunciase el jueves su marcha.