Raimundo Fitero
DE REOJO

Hormiguitas

Ha arrancado la temporada de “El Hormiguero” como una moto, con nuevos y contrastados colaboradores y con unos resultados de audiencia que le han permitido ser el programa más visto del día el pasado martes con la presencia en el plató, junto al lesionado Pablo Motos y su brazo en cabestrillo, de un tipo de futbolista que no se estila: Sergio Busquets, nacido en una barriada popular, donde sigue viviendo pese a ser multimillonario, que no ha cambiado de amigos y del que apenas se conoce nada de su vida privada pese a la presión mediática por ser campeón, con su equipo, el Barça o la Roja de casi todo lo que se puede uno imaginar

Y resultó ser un tipo simpático, que logró divertirse y divertir a los telespectadores porque, si algo tiene este programa es que Motos logra espacios de comunicación televisiva de alto voltaje. Su ego, su necesidad de estar por delante de sus invitados, cuando se encaja bien, cuando no se sobrepasa es un gran instrumento de acercamiento porque parece todo muy bien trabajado, mucho, que es parte de su éxito. Y en esta ocasión funcionó, como lo había hecho el lunes con Alejandro Sanz.

Fue en ese lunes cuando para celebrar los diez años en antena del programa, una década, sí, sin apenas cambiar el formato, con un éxito de exportación que no se lo puede nadie imaginar, ofrecieron un vídeo que es realmente bueno y eficaz. Todo pasa en un simulado avión, en un viaje, claro está muy accidentado y por el que pasan famosos varios del cine, el deporte, la canción o la televisión por esa cabina diabólica y con un estupendo guion, con ese humor siempre blanco del programa convierten esos minutos en un dechado de imaginación y de participación. Por eso y por sus diez años de fidelidad, se merecen estas hormiguitas un gran aplauso.