Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Lilting»

Unidos por la traducción

La ópera prima del cineasta inglés de origen camboyano Hong Khaou se llevó en el Festival de Sundance el premio a la Mejor Fotografía, obra de Urszula Pontikos. Y esto suele querer decir por lo general que la película gustó a un nivel estético, dado que se trata de una sensible creación, pero a la que tal vez le falte la hondura temática suficiente como para optar a otro tipo de reconocimientos relacionados con el guion o la dirección, que es de lo que se ocupa personalmente el debutante. Visualmente reconoce haberse inspirado en “Deseando amar”(2000) de Wong Kar-wai, mientras que en cuanto al contenido su película remite más a “El banquete de boda” (1993) de Ang Lee. Son influencias asiáticas muy reconocibles para el espectador occidental.

“Lilting” presenta una dramaturgia muy teatral, concentrándose de lleno en la dirección interpretativa. Los protagonistas son los que imprimen a la narración su rítmo cadencioso con unos diálogos pausados, de raíz oriental por la paciencia confuciana que transmiten. Es necesario, puesto que el fin que persigue el entramado escénico interiorista es el del entendimiento entre los interlocutores, por encima de las barreras idiomáticas y culturales.

Aunque la contención está de sobre justificada, la relación entre la madre china y el yerno inglés sigue un proceso algo esquemático y calculado, lo que resulta contradictorio en una película de sentimientos. Es como si el libreto dijera en esta página toca reír y en la siguiente toca llorar, todo dentro de una progresión muy mediatizada por la omnipresente figura de la traductora.

De acuerdo en que a la mujer y al joven les une la perdida del ser querido para ambos, en los roles del hijo y del amante, pero la sola ocultación de la homosexualidad del ausente, convocado a la cita a través de puntuales flash-backs, debería generar una tensión que no se resuelve con buenas palabras.