El palestino Muhammad Allan reanudó su huelga de hambre ayer, después de que Israel lo pusiera nuevamente en detención administrativa, un régimen que permite el encarcelamiento sin cargos y sin juicio por un periodo de seis meses que puede ser prorrogado indefinidamente.

Allan estuvo al borde de la muerte tras 65 días en huelga de hambre, a la que puso fin cuando el Tribunal Supremo suspendió el 20 de agosto esta medida extrajudicial, aunque dejó en suspenso su eventual retorno a la detención administrativa si mejoraba su estado.

El abogado y expreso palestino fue arrestado ayer por la mañana en el hospital de Ashkelon, donde todavía se recupera de su larga huelga de hambre, que le causó lesiones cerebrales y le dejó al borde de la muerte.

Según su padre, el hospital de Ashkelon autorizó su traslado al hospital de Naplusa, en Cisjordania. «Lo detuvieron cuando salía del hospital y lo trasladaron a Ramleh», a las afueras de Tel Aviv. «Insisten en que permanezca detenido hasta que expire la orden de detención administrativa», el 4 de noviembre, agregó.

La Policía justificó la detención porque su estado de salud «ha mejorado» y puede, por tanto, cumplir la orden de detención administrativa. No dijo si Allan será liberado ese día o si las autoridades renovarán la detención administrativa.

Mohamed Allan era casi desconocido antes de su huelga de hambre, que lo ha convertido en el símbolo de la lucha contra el régimen de detención administrativa. Fue detenido el 6 de noviembre de 2014 en base a «testigos e informaciones» que le relacionaban con la Yihad Islámica. Allan niega esa relación.