Joseba VIVANCO
Athletic

Igual comienzo, otras sensaciones

El equipo suma los mismos puntos que en la quinta jornada del año pasado, aunque no parece que ahora haya ningún bajón mental.

Cinco jornadas disputadas, tres puntos. El arranque liguero del Athletic se repite. La temporada pasada sumaba idéntico y pobre botín a estas incipientes alturas de Campeonato. Derrotas ante Málaga, Barcelona, Granada y Rayo, victoria ante el Levante. Y tocó remar y de qué manera. No fue hasta cuatro fechas después que los rojiblancos lograrían su segunda victoria, en Almería, en aquel horroroso partido que Xabi Etxeita inclinó para los bilbainos. Ernesto Valverde había venido insistiendo este verano, con Europa League y Supercopa de por medio, de que aquello no se podía repetir, porque luego toca ir a remolque buena parte de la campaña y no es plato de buen gusto. Y a fuerza de repetirlo, nos encontramos conque estamos en el mismo punto de partida. Pero con una sutil diferencia, que las sensaciones no parecen las mismas.

«Venimos de una serie de partidos difíciles y de mucha presión en agosto para conseguir objetivos, pero eso ya no cuenta. El año pasado nos ocurrió igual y eso lo vas arrastrando durante todo el año porque la necesidad de puntos siempre aprieta. Tenemos que ir a ganar a Anoeta», fueron las palabras con las que Txingurri concluyó la rueda de prensa postpartido. El mensaje es nítido: toca sumar y toca ganar en los dos partidos que restan antes del parón liguero. Y la percepción es la de que el equipo es capaz de hacerlo.

El bajón mental y de juego de hace un año no se aprecia ahora, por mucho que el error de San José ante el Madrid nos recordara aquel de Iturraspe ante el Granada. La derrota frente al Barça en el primer partido entraba dentro de lo posible tras dos partidos ‘conociéndose’. Lo del Eibar era previsible, el equipo llegó tieso sicológicamente, sin capacidad de reacción. Ante el Getafe se enderezó el rumbo, si bien los madrileños no fueron rival. Dolió lo de Villarreal, porque Valverde se vio obligado a rotar como hace un año, y su apuesta le volvió a salir rana, aunque seguro que el técnico lo volvería a hacer. Y ante el Madrid, los rojiblancos se condenaron ellos mismos, otro resultado que puede entrar dentro de la lógica.

Más allá del juego ofrecido en cada lance, bueno por momentos, peor a ratos, es evidente que hay equipo, que hay juego y, como sostuvo esta semana Ander Iturraspe, «el Athletic tiene recursos como para no preocuparnos». Su próxima vuelta, también la del esperado Williams, las aportaciones de Sabin Merino o Iñigo Lekue, la buena forma de Susaeta, de Beñat... son argumentos como para creer en que la situación es reversible antes de ese parón. Es verdad que la acumulación de partidos pesa lo suyo y hace difícil mantener ese once fijo que vimos ante los merengues. Derbi ante la Real, viaje a Alkmaar y visita de un Valencia en su enésima crisis. La montaña rusa no para, pero la recuperación de jugadores, lo que otros desde el banquillo pueden ofrecer, dan un voto de confianza para pensar que lo de hace un año no se va a repetir.

Deportivo, Sporting, Betis, Espanyol, Granada, Rayo, Málaga... serán los próximos rivales a partir de mediados de octubre. «No estamos dando saltos de alegría en el vestuario, pero sabemos cuál es nuestra línea. Lo que hemos conseguido lo hemos hecho juntos, para lo bueno y lo malo. Y así vamos a seguir», fue el último mensaje de Valverde.

Un buen resultado en Anoeta lo cambiaría todo. Pero es obligado que el Athletic termine de ofrecer una imagen más definida de lo que quiere ser y a lo que quiere jugar. Porque acostumbrarse a lo de dar un paso adelante solo cuando vas por debajo en el marcador es un juego tan peligroso como meterse en el fondo de la clasificación. Si enderezan su fútbol y minimizan fatales errores, lo del año pasado sí será eso, solo pasado.

Sabin Merino marcó y luego, reconoció, se despistó

Sabin Merino fue una de las noticias agradables de la noche del miércoles. Y no solo por su gol. Y no solo por hacerlo bien, al menos en esa segunda mitad en la que se vio otro Athletic. Sino porque después, ya ante los micrófonos, reconoció como suyo el despiste en la marca de Isco que propició el segundo gol blanco. Un error achacado a Balenziaga también, aunque el de Urduliz aclaró que no se habían entendido a quien tapar y el uno por el otro la casa se quedó sin barrer. «Me despisté», dijo en Radio Euskadi. Por cierto, el primer gol merengue se debatió ayer mucho si no debió subir al marcador, puesto que al tocar Iraizoz, Benzema está todavía dentro del área, lo que imposibilitaría la jugada posterior. Pero todo fue muy rápido y nadie se esperaba lo que pasó, salvó el francés, que lo intuyó. Destacar también el, de nuevo, buen partido de Susaeta y su centro para el remate en plancha de Merino, magistral. Como el desacierto y la lentitud de Aduriz, la necesidad de que Raúl García aporte más que garra, lo que gana Laporte cuando está fino y rápido y, como dijo Valverde, traza esas arrancadas que tan bien le vienen al equipo... Y la grada. Esa cumplió con creces otra noche más.J.V.