Mikel INSAUSTI
Crítico cinematográfico

Los hombres damos pena a las mujeres japonesas

De las noticias, como de todas las cosas en general, cada cual saca sus propias conclusiones. El último invento japonés de “la habitación del llanto”, un reclamo hotelero para el público femenino, ha provocado comentarios varios sobre la cultura nipona y la dificultad para expresarse en público. La mujer moderna, según dicha tradición, tampoco puede desahogarse del estrés acumulado a causa de la falta de conciliación entre la vida familiar y la laboral, así que podría buscar refugio para llorar a escondidas en una habitación de hotel dispuesta para ello.

No me pregunten si la nueva actividad comercial creará tendencia también en Occidente, debido a que en Extremo Oriente parecen tener más visión de futuro, porque no es mi tema. Voy a salir por la tangente, ya que lo que particularmente me llama la atención de todo el asunto es el tipo de películas elegidas para estimular los lacrimales de las mujeres.

En la foto promocional de una página que está en japonés y no podemos traducir, los dos títulos en DVD que sobresalen en la estantería son “Esencia de mujer” (1992) y “Forrest Gump” (1994). Obsérvese que los protagonistas de ambos no son normales, por padecer una tara física y otra mental. Está claro que son hombres que dan pena, o tal vez la demos todos.