Las de ayer fueron las primeras revueltas en la Franja desde que se inició la actual ola de violencia. Ocurrió después de que el líder de Hamas en el territorio costero, Ismail Haniyeh, llamase a convertir la extrema tensión de estos días en una nueva Intifada popular palestina con el fin de «liberar Jerusalén».

«Confirmo que Gaza apoya la batalla por Jerusalén y por Al Aqsa y apoya la bendita Intifada a pesar del dolor, el bloqueo y las conspiraciones», dijo el dirigente islamista en un discurso durante el rezo musulmán del viernes en la principal mezquita de Gaza capital. Y añadió que el enclave «está preparado para unirse a una Intifada completa».

Tras las oraciones del mediodía, cientos de palestinos se manifestaron en varios puntos cercanos a la valla fronteriza con Israel en el norte, este y sur de la Franja, tirando piedras y cócteles molotov. En dichos choques mataron a seis palestinos y alrededor de 80 resultaron heridos por disparos del Ejército israelí, según fuentes médicas.

Paralelamente, la tensión crecía en Israel después de que un israelí de 17 años apuñalara a cuatro palestinos (dos de ellos con pasaporte israelí), el primer ataque de este tipo protagonizado por un judío contra palestinos desde el inicio de una oleada de agresiones similares contra israelíes. El joven, con antecedentes policiales, fue detenido y dijo haber atacado a estos hombres porque «todos los árabes son terroristas», según indicó la portavoz de la Policía, Luba Samri. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condenó «firmemente» este ataque cometido contra «inocentes», según un comunicado publicado por sus servicios.

También se produjeron choques en Cisjordania, sobre todo alrededor de Hebrón, Nablus, Qalqilya, Ramallah y Al Bire, informó la Media Luna Roja.

¿Qué gases emplea Israel?

Las revueltas causaron cerca de 140 heridos de munición real y balas recauchutadas (80 en Gaza y cerca de 60 en Cisjordania), mientras otro centenar tuvo que ser atendido por intoxicación con gases lacrimógenos, explicó el portavoz del Ministerio de Sanidad palestino en Ramallah, Mohamad Awawda.

«¿Qué gases está empleando el Ejército israelí para reprimir las protestas de los palestinos?», se preguntan los médicos. Periodistas han visto cómo varios jóvenes han tenido que ser atendidos en la Universidad de Tulkarem tras desplomarse poco después de inhalar los gases lanzados por el Ejército israelí. «Algunos de los casos que estamos atendiendo son difíciles debido al gas utilizado», explica el doctor Raed Yaseen: «Este gas es muy extraño, hemos tenido que llevar al hospital a cinco personas gaseadas, además de a cuatro por heridas de balas reales. Este gas causa asfixia, especialmente cuando se lanza en gran cantidad contra los manifestantes, que pierden el control de los movimientos y necesitan una ambulancia rápidamente». Los efectos que provocan normalmente los gases lacrimógenos son distintos a los observados estos días en Cisjordania.

La denuncia periodística tiene más valor aún si tenemos en cuenta que también esta vez los profesionales de la información se han convertido en blanco de las iras de la fuerza ocupante. «Las fuerzas de ocupación israelíes están atacando a los periodistas de manera directa e indirecta» denuncia Musa Rimawi, director del Centro Palestino para la Libertad y Desarrollo de los Medios, citado el jueves por la cadena Al Jazeera. Rimawi explicó que algunos de los periodistas que trabajan en la zona «han sido golpeados adrede por soldados; algunos fueron tiroteados y otros han resultado heridos al cubrir los choques, al disparar los soldados granadas aturdidoras y bombas de gas de forma indiscriminada».

El periodista palestino Muhamad Sayad cree que Israel ataca a los reporteros porque no quiere que estos muestren los ataques de los israelíes y de los colonos contra los palestinos: «No quieren que los medios cubran las protestas y las muestren al mundo».

También se registraron tres apuñalamientos de palestinos a israelíes. En Jerusalén el agresor fue arrestado; luego un palestino fue abatido en una colonia cerca de Hebrón cuando trató de apuñalar a un policía; y en la villa israelí de Afula, una mujer palestina trató de apuñalar a un guardia. La pararon a tiros.

Neska gazteek bat egin dute borrokarekin Zisjordanian

«Nire gurasoek hemen nagoela jakingo balute!», esan digu burua kufija zapi palestinarrarekin ezkutatzen duen neska gazteak. Eskua lepotik pasatu du, etxean zer egingo lioketen aditzera emanez. Zisjordaniako neskek okupazioaren aurkako borrokarekin bat egitea erabaki dute, «gizartearen erdia baikara, eta gizonek bezalaxe gure aberria babesteko eskubidea daukagu». Horixe esan du ikasle batek, lagunak Ramallah ondoko kontrol batean israeldarren aurka borrokan ari direla. Zapiak estalitako buruan ondo makillatutako begiak baino ez zaizkio ikusten. Muselinazko blusa arrosa darama jantzita eta eskuetan, margotutako azazkalen artean, errepidetik hartutako harriak: «18 urte ditugu, ez gara adingabeak eta jada ez dugu beldurrik», esan digu, baina izenik eman gabe. «Argazkiren bat egitea, ezta pentsatu ere!». Uste du etxekoek ez lioketela onartuko berak protestetan esku hartzea, baina ondo daki zergatik dagoen: «Kontzientzia kontu bat da; guztiok beldurtuta etxean geratuz gero, inor ez litzateke aberriaren alde sakrifikatuko». Beste batek osatzen du ideia: «Gure aberrian inor ez dago seguru. Kolonoak bazter guztietan daude eta eraso egiten digute».Sarah BENHAIDA (Afp)