Estibaliz SADABA MURGUIA
ARTE

Siempre pioneras: la impresdindible aportación de Judy Chicago

Estos días de comienzos de otoño Azkuna Zentroa nos presenta la exposición “Why not Judy Chicago?”, una selección de trabajos de esta artista norteamericana desarrollados a lo largo de más de 50 años. Judy Chicago es una pionera en educar desde, por, y para el Arte Feminista, así como en visibilizar también el trabajo de muchas artistas que hoy desde las prácticas artísticas feministas, consideramos referentes en nuestra propia “historia del arte”.

¿Por qué debemos hablar de Judy Chicago? Porque rechazó las normas patriarcales que oprimían y oprimen a las mujeres a través de las ideologías que aducen su supuesta inferioridad natural; y porque enseñó en su docencia universitaria a valorar el trabajo de muchas artistas que hasta entonces había sido menospreciado y poco valorado por compañeros y profesores. Ella evidenció cómo se podía atentar contra esa hegemonía, y creó con otras artistas territorios de resistencias en los que poder trabajar; uno de estos espacios de resistencia fue la WomanHouse Project, creado por Judy Chicago y Miriam Schapiro en el Campus de CalsArts, en Valencia (California); fue un espacio realizado por y para mujeres, en el que tanto el trabajo de sus fundadoras como el de las estudiantes sirvió para crear nuevas genealogías y para evidenciar los problemas que les surgían a la hora de crear y de difundir su trabajo.

Creo que gracias a estas experiencias realizadas en los años 70 podemos ahora visibilizar el trabajo de muchas artistas, y continuar llevándolo al espacio público (del arte, en este caso), así como reivindicar la presencia en un campo donde los cánones han reflejado desde siempre una postura patriarcal, sobreentendiendo que el artista es por naturaleza varón.

Ellas creyeron que mostrando, visibilizando y reflexionando sobre los modos de producción, el trabajo de muchas artistas podía servir para pensar y elaborar cambios políticos y sociales a través de su obra.

También contribuyeron a desvelar y comprender la existencia de ciertos mecanismos excluyentes en relación a artistas y creadoras: mecanismos que todavía hacen que el trabajo de muchas artistas sea obviado y no tenga el suficiente reconocimiento, permaneciendo oculto bajo una apariencia de “normalidad”.

Las artistas que lucharon por el arte feminista en aquellos años de la segunda oleada del feminismo (fundamentalmente los años sesenta y setenta del pasado siglo) lo hicieron por el derecho a producir y mostrar su arte. La lucha de estas artistas renovó profundamente el paisaje artístico, poniendo en duda y cuestionando “el modelo dominante”, que en esos años era el del “Gran Pintor-Genio”, y que cada década parece reproducir versiones distintas del mismo modelo hegemónico.

Para Judy Chicago es igualmente importante educar desde el arte, y esta es una parte muy importante en su proceso creativo; para las artistas que comenzaron a trabajar en los años 70 fue muy difícil inventar un nuevo lenguaje, reescribir la historia, y aún así indagaron sobre los estereotipos existentes alrededor de eso que se conoce como masculinidad y feminidad. De este modo pusieron en cuestión los roles de genero.

Investigación

Las artistas crearon e investigaron a partir de diferentes premisas culturales, políticas y estéticas. Sus objetivos fueron construir una identidad fuerte de las artistas, liberarse de las definiciones estereotipadas de lo “femenino”, reivindicar la experiencia personal como punto de partida en la creación artística, explorar con nuevos medios y procesos, en el discurso de un arte monolítico y cerrado.

Una de sus piezas mas relevantes de su trabajo artístico es la obra “Dinner Party”. En esta instalación Chicago se dedica principalmente a recuperar voces históricas silenciadas, a reivindicar la presencia de esas figuras femeninas en la historia, poniendo esos nombres en paneles, manteles y textos, de modo que logra que seamos conscientes de esa existencia, aunque la “historia oficial” no hable de ellas.

Ella cree que es importante trabajar desde fuera del sistema, pero siempre buscando intersticios en los que infiltrarse y desde los que socavar constantemente las bases de ese mismo sistema. Es por tanto necesario que las artistas que se forman en una comunidad feminista puedan operar en ambas esferas y entablar un dialogo entre el mundo de las mujeres, el mundo del arte y el mundo “real”.

Debemos apostar por la educación en, desde, por y con el Arte Feminista, ya que todavía debemos ser conscientes que las artistas no han alcanzado el mismo nivel de representación y visibilidad que los hombres dentro del mundo del arte; es por esto que hemos de visitar esta exposición, que permanecerá abierta hasta el próximo 10 de enero en el Azkuna Zentroa y concebirla como un oasis de resistencia en el que todos y todas podamos también, por otro lado, disfrutar de la experiencia del arte.

Honi buruzko guztia: ARTE