Maitane ALDANONDO
Gasteiz

UN JUEGO DE INFANCIA, CONVERTIDO EN NEGOCIO DE ÉXITO POR DOS HERMANOS

La empresa alavesa Erle Robostics desarrolla cerebros de inteligencia artificial basados en software libre que permiten aprender de robótica. La sociedad, fundada en 2014, emprendió las ventas en enero y prevé acabar el ejercicio facturando 500.000 euros.

Erle Robotics es una empresa alavesa que diseña y fabrica cerebros artificiales para robots y drones. David y Victor Mayoral apostaron por ponerla en marcha cuando solo tenían 19 y 22 años, respectivamente. Los juegos de la infancia programando robots con su padre, ahora parte de la plantilla, son el origen de esta sociedad limitada. No obstante, la idea fue de Víctor, ingeniero y director tecnológico, mientras en 2012 realizaba una estancia investigadora en Corea del Sur. Propuso a su hermano crear un robot del tamaño de la palma de la mano, iniciativa a la que dieron forma durante un año. Ganaron premios nacionales e internacionales y fueron finalistas en prestigiosas escuelas de negocio que permitieron a David, encargado de la parte empresarial, formarse. Pese a la distancia, llevaron a cabo su propósito.

La financiación del proyecto se ha sustentado en premios, ayudas y el sueldo de los propios emprendedores. David recuerda que al empezar contaban «solo con las 3 efes: family, friends and fools –familia, amigos y locos–». Empezaron en un rincón de la casa de sus padres y con la inversión inicial compraron el material necesario. Pronto recibieron ayudas de la Diputación de Araba, el Ayuntamiento, premios por emprender... SPRI les concedió una ayuda Ekintzaile de 30.000 euros que utilizaron para crear prototipos y Gaztempresa contribuyó con un préstamo y un mentor. En 2013 Erle fue nombrada una de las 30 startups de robótica más prometedoras del mundo y en 2014 se constituyeron como empresa. El pasado octubre cerraron una ronda de financiación de 200.000 euros y tras varios trabajos en el extranjero Víctor se incorporó a la empresa.

Erle cuenta con ocho socios y una plantilla de 15 trabajadores dedicada al desarrollo de inteligencia artificial. El director tecnológico explica de manera simple lo que hacen: «Cogemos la tecnología de los smartphones y la adaptamos a las necesidades de los robots». Una de sus particularidades es que puede utilizarse en cualquier tipo de vehículo, aunque el valor añadido de su tecnología es que tanto el software como el hardware son abiertos. Responde al deseo de contribuir a que la gente aprenda y se adentre en la robótica de forma «simple, sencilla y asequible».

Recuerda que la idea empresarial surgió cuando «trataba de hacer un robot. Los existentes estaban por encima de los 1.000 o por debajo de los 100 euros. Me di cuenta de que no había nada que permitiera a la gente dar el salto a la robótica. Vimos un nicho inexplorado y una necesidad». Su primer producto es Erle Brain, cerebro robótico que cuesta menos de 200 euros, y un kit de «háztelo tú mismo». Aspiran a que su tecnología sea el estándar en el ámbito de la robótica y hace unos meses dieron un paso más al asociarse con Ubuntu para que sus robots incorporasen «un sistema operativo entendible». Esto vino con un gran valor añadido: una tienda de aplicaciones para el mundo de la robótica.

Sus clientes son principalmente centros educativos y empresas que ven potencial en en este sector. En los últimos meses han trabajado con universidades internacionales, o grandes empresas como Bosch, Microsoft o Samsung que compran su tecnología. Venden más en el extranjero, un 75%, aunque cada mes el porcentaje disminuye. Alemania, Francia o Estados Unidos son algunos de los mercados en los que están presentes.

No pensaban llegar a donde están en tan poco tiempo. La empresa empieza a darse a conocer y busca convertirse en un referente. Han creado interés en el mundo laboral y cada semana reciben entre cinco y diez solicitudes de trabajo de gente atraída por el proyecto. También entre potenciales clientes, ya que el día 22 concluyó la campaña de crowdfunding en la que presentaban la araña robótica Erle Spider. Han conseguido 34.000 euros y el responsable empresarial la califica de «éxito» dado el eco mediático, contactos y capital obtenidos. A corto plazo, están intentando cerrar una ronda de financiación a partir de un millón de euros y acabar el primer ejercicio con una facturación de 500.000 euros. La perspectiva parece buena, dado que, como señala Víctor, «siempre hasta ahora hemos aventajado la predicción en cuanto a desarrollo tecnológico, ventas, proyección y nuevas oportunidades».

mayor apoyo institucional para que el cambio «se genere y se Aproveche aquí»

Erle Robotic está siendo una «aventura bonita, divertida y dura» para los hermanos David y Víctor Mayoral. Tecnológicamente están muy contentos en Gasteiz, pero perciben falta de apoyo por parte de las instituciones a la revolución que la robótica trae consigo. Víctor opina que «las circunstancias vascas son muy buenas. Tenemos la industria y el talento y deben aprovecharse. Todo apunta a que la robótica va a provocar un cambio disruptivo y queremos que se genere y se apoveche aquí». Les han llegado ofertas para trasladarse al extranjero, pero quieren quedarse. «Hemos recibido tanto que queremos aportar algo», apunta el director empresarial.