Koldo CAMPO
Escritor

«Allons enfants…»

Son las tres de la madrugada y me ha despertado “La Marsellesa” tumbado en uno de los bancos de la plaza, también el invierno que se nos echa encima y me va a obligar a instalarme de nuevo en el cajero. Es más peligroso, pero en un cajero puedes protegerte del frío y de la lluvia. A estas horas no hay nadie en la avenida, solo sombras como la mía, coches que pasan y “La Marsellesa”.

Gracias a las televisiones de los escaparates he sabido que estamos en guerra. Llevo tantos años viviendo en la calle que ya me he hecho un experto leyendo los labios de los informativos detrás de las vitrinas. Nos ataca el enemigo y quiere destruirnos. El mundo llora por París. Tengo hambre pero, ahora mismo, lo que necesito es encontrar cartones con que arropar mis pesadillas. «Allons enfants de la patrie, la Navidad al Corte Inglés est arrivée». Lo que todavía no ha llegado a las aceras son los cartones y yo subo y bajo la calle en busca de un cajero abierto mientras canto “La Marsellesa” en medio de la noche. «¡A las armas ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! ¡Marchemos, marchemos! ¡Que una sangre impura inunde nuestros surcos!». La verdad, “La Marsellesa” suena mejor en francés.

El enemigo quiere destruir nuestro modo de vida… pero va a llegar tarde.

(Euskal presoak Euskal Herrira)