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parís
13-N EN PARÍS

París evoca la cuestión de los refugiados al pedir más implicación a Merkel

El primer ministro francés, Manuel Valls, afirma que Europa debe parar la acogida de refugiados, unas declaraciones que atacan la política de fronteras abiertas de Berlín, el mismo día en que el presidente francés, François Hollande, recibió a la canciller alemana, Angela Merkel, y le pidió una mayor implicación alemana en la «guerra contra el ISIS».

Mientras el presidente francés, François Hollande, preparaba su encuentro con la canciller alemana, Angela Merkel, para solicitarle su implicación en la «guerra contra el yihadismo» para la que Hollande quiere formar una gran coalición internacional, el primer ministro francés, Manuel Valls, apareció en la revista alemana “Süddeutsche Zeitung” apuntando la cuestión de los refugiados y, alineándose con las demandas de la derecha europea. Valls pidió que Europa deje de acoger refugiados por la amenaza yihadista. «No podemos acoger más refugiados en Europa, no es posible», afirmó Valls en una entrevista. El primer ministro francés evitó criticar directamente a la canciller alemana por su política de apertura de fronteras, y opinó que Berlín ha adoptado «una decisión honorable», pero, a la vez, subrayó que «no ha sido Francia la que ha dicho: ‘¿venid!’».

Según el diario, el mensaje de Valls es que «Europa debe parar inmediatamente la acogida de refugiados de Oriente Próximo», y explicó su postura por la investigación de los atentados de París, según la cual, algunos de los autores aprovecharon el flujo de migrantes para llegar al Estado francés.

Hollande templa el mensaje

Para la publicación alemana, el mensaje va dirigido directamente a Merkel, a pesar de que en su encuentro con la canciller Hollande dijera luego que «los refugiados son bienvenidos en Europa porque son personas que huyen de la masacre en Siria. Nosotros tenemos una obligación con estas personas».

«Es posible que entre los refugiados haya algún terrorista –tenemos pruebas de que dos se mezclaron con ellos–, pero nuestro deber es asegurarnos de que esto no ocurra», añadió el presidente francés.

Por su parte, la canciller alemana lamentó que el control de las fronteras exteriores de la Unión Europea «no está suficientemente asegurado». Merkel, insistió en que se debe encontrar una solución humanitaria para los refugiados, de los que aseguró en su mayor parte huyen de la guerra y del ISIS en Siria e Irak.

Y señaló que los europeos tendrán que entenderse con Turquía para poner orden en el flujo de refugiados y acabar con «situaciones ilegales que solo benefician a los traficantes». «Turquía es uno de nuestros socios de la OTAN y no podemos admitir que en un país socio de la OTAN se den esas situaciones de ilegalidad», destacó.

Por otro lado, en la cuestión de la lucha contra el ISIS, Hollande obtuvo la promesa de Merkel de comprometerse rápido y «al lado de Francia». Pero el presidente francés dijo querer que «Alemania pueda implicarse más todavía en la lucha contra el ISIS en Siria e Irak»

Durante de una cena de trabajo con la canciller alemana, Hollande agradeció el anuncio hecho horas antes por el Ejecutivo alemán del envío de hasta 650 militares a Mali para quitar una parte del peso en la intervención del contingente francés en ese país africano y poder concentrar más fuerzas contra el Estado Islámico. Precisamente ayer los diputados franceses dieron un apoyo casi unánime a la prolongación de los bombardeos franceses contra posiciones del ISIS en Siria.

Más implicación de Berlín

Pero más allá de señalar que el apoyo alemán en África permitirá a Francia desplegar sus tropas en otros teatros de operaciones, Hollande aprovechó una declaración conjunta con la canciller para manifestar que «si Alemania pudiera ir más lejos, sería una buena señal en la lucha contra el terrorismo», después de advertir de que «ningún país está a resguardo» de ataques como los del pasado 13 de noviembre.

Hollande añadió que iba a prestar mucha atención a lo que Merkel le pudiera decir sobre este tema en el encuentro cara a cara, aun siendo consciente de los procedimientos internos en Alemania para llevar a cabo una intervención exterior.

La primera respuesta de Merkel fue la promesa vaga de estar «al lado de Francia». Hollande parece no estar obteniendo una gran implicación de sus socios en su propuesta de construir la gran coalición contra el ISIS en el maratón diplomático de los últimos días.

Pese a la «unidad» entre París y Washington expresada en su visita al presidente de EEUU, Barack Obama, este mantuvo sus reservas a participar al lado de Rusia en una campaña en Siria mientras Moscú no de un giro de 180 grados a su estrategia. Además, el ataque de Turquía a un avión ruso –calificado por el Kremlin como «puñalada por la espalda»– ha tensado de nuevo la relación entre ambos países y de Rusia con los estados occidentales, echando otro jarro de agua fría a las expectativa francesas. Igualmente, el Gobierno español respondió a la demanda de París de un apoyo en el despliegue en África dando largas, a la espera de que pasen las elecciones del 20-D.

Valls continuará hoy su gira en busca de apoyos en Rusia, donde se encontrará con el presidente, Vladimir Putin.

Moscú, abierto al frente común

Precisamente, Rusia afirmó estar dispuesta a «constituir un estado mayor común» contra el ISIS, incluso con Turquía. «Estamos dispuestos a planificar juntos ataques sobre posiciones de Daesh (acrónimo árabe del ISIS) y constituir un estado mayor común con Francia, con América, con todos los países que quieran integrarse en esta coalición», declaró el diplomático ruso Alexandre Orlov a la emisora francesa Europe1. «Si los turcos también quieren, son bienvenidos», añadió.

Por otro lado, la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, afirmó que «Francia debe cambiar sus alianzas» para luchar contra el ISIS. Le Pen subrayó que tras los atentados, es necesario «nombrar al enemigo, el fundamentalismo islamista», lo que obliga a «poner en cuestión algunas amistades internacionales y si se puede continuar como aliados con Arabia Saudí y Qatar», y mencionó también la «ambigüedad» de Turquía.

Turquía y Rusia intercambian reproches pero rebajan el tono tras el derribo del caza ruso

El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, aseguró no albergar «intención alguna de provocar una escalada en esta crisis» pero volvió a justificar el derribo del caza ruso como una respuesta «a la violación de nuestras fronteras y soberanía».

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, fue más allá y sostuvo que Turquía «es amiga y vecina» (sic) de Rusia. Mevlut Cavusoglu, sucesor al frente del Ministerio de Exteriores de Davutoglu, llamó a un viejo conocido de este último y jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov.

Lavrov mostró sus dudas de que el derribo «parece más una provocación planeada que un accidente», y añadió que la llamada es «la prueba de que Moscú no está evitando los contactos con Ankara». En la misma línea, y pese a confirmar que habrá represalias, Lavrov señaló que «no vamos a ir a la guerra contra Turquía».

Rescatado sano y salvo en un operativo de fuerzas especiales rusas y por la Guardia Republicana siria, el segundo piloto superviviente del derribo, Konstantín Murajtin, narró un vuelo «totalmente normal, bajo control y en una zona que conozco como la palma de mi mano», y aseguró que no hubo «advertencia alguna, ni por radio ni visual». Su compañero, acribillado cuando bajaba en el paracaídas por rebeldes –crimen de guerra, denunció el régimen sirio– será condecorado con el título de Héroe de Rusia por Putin.

Un Putin que advirtió de que reaccionará «de una u otra forma» si hay «nuevos incidentes con Turquía. Moscú anunció el despliegue del sistema de misiles antimisiles en su base aérea en Lataquia e incrementó los bombardeos contra los rebeldes en Idleb. El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, reiteró la acusación a Ankara de proteger al ISIS.

El Parlamento ruso registró una propuesta de ley que propone castigar el no reconocimiento del genocidio armenio. en un evidente mensaje a Turquía. Cientos de personas apedrearon ayer en Moscú la embajada turca. De momento, Rusia ha suspendido la celebración en Turquía del tradicional torneo amistoso invernal de la liga rusa.

En Turquía, Erdogan replicó que «no somos tontos. Los rusos afirman que quieren atacar al Daesh (ISIS). Pero no hay Daesh en esa zona. Ellos atacan a los turcomanos de Bayirbucak», denunció, en referencia a la etnia de habla turca en Siria (y en Irak). GARA