RAYO-ATHLETIC

Vallecas, su estadio, su gente, su afición, son territorio amigo para los rojiblancos, no solo literalmente, sino también en lo deportivo. Allí los leones han ganado en cuatro de sus últimas ocho comparecencias, donde suman además dos empates y ha perdido los dos partidos restantes disputados desde 1999. Eso sí, la última derrota de los bilbainos se produjo la pasada temporada, cuando dos goles de Leo Baptistao, el segundo a un minuto para el final, permitieron al equipo de Paco Jémez remontar el tanto logrado previamente por Aduriz. Ahora, este duelo se presenta con un resultado incierto, con los madrileños en busca de su tercera victoria seguida en casa y los de Ernesto Valverde a enmendar la triste imagen dada en Granada.

Precisamente, el técnico hablaba ayer en la previa de que el partido ante el Rayo lo encaran con la intención de «recuperar los tres puntos perdidos» en tierras nazarís. «En Granada fue una pena porque nos faltaron cosas, pero por cómo vinieron sus goles y que no convirtiéramos algunas de las opciones que tuvimos fue más un accidente», matizó un Txingurri que espera un choque diferente, porque los vallecanos no se encierran atrás y sí presionan más alto. «Siempre nos exigen, porque ellos corren mucho y nosotros, también. Como uno de los dos equipos quiera ir un poco más despacio, lo va a pagar», avisó el gasteiztarra.

Granada fue un ‘gatillazo’ pero en Augsburgo hubo un subidón de autoestima así que, de cara a este duelo, Valverde apuntó su idea de «refrescar» al equipo «para intentar mantener el ritmo de juego». De momento, la convocatoria depara la sorpresa de los descartes de tres de los titulares en Alemania como fueron Gurpegi, Sabin Merino y Eraso, que se quedan en Bilbo y no viajan, reincorporándose a la lista Beñat y volviendo Kike Sola. Sin embargo, no hay que descartar que tire de un once más habitual para medirse a un encuentro que realmente les exigirá mucho y en el que el Athletic no se puede permitir volver a quedarse de vacío. Porque lo importante sigue siendo la Liga.

A ese respecto, el técnico rojiblanco se refirió a ese tan comentado objetivo de la Europa League que como reto lanzó Aduriz el jueves. «Es un absurdo que uno se ponga como objetivo ganar una competición que no ha ganado nunca. Es una forma de hablar y así hay que entenderlo. Sería una ilusión ganar la Liga Europa, pero no un objetivo», vino a bajar los humos el prudente Txingurri.

«El año pasado también teníamos la ilusión de la ganar la Liga Europa y nos quedamos en dieciseisavos, cuando nos eliminó el Torino. Lo que queremos es que la afición esté contenta y, si podemos llevarla a las finales, mejor. Hemos empezado ganando un título y me gustaría acabar con otro, pero es más una ilusión que un objetivo», reiteró Valverde. El objetivo más inmediato es el Rayo. El Athletic necesita traerse algo positivo porque si no, sus inmediatas aspiraciones se resentirán.