Las Juntas Generales de Araba exigieron ayer al Gobierno de Mariano Rajoy el cierre «definitivo, incondicional e inmediato» de la central nuclear de Garoña y acordaron solicitar el amparo de la Comisión Europea para que impida la concesión de una hipotética licencia de apertura.

El parlamento alavés adoptó esta decisión con el apoyo de todos los grupos con la excepción del PP, en el tradicional pleno de Santa Catalina. El presidente del PP en Araba, Javier de Andrés, defendió garantizar la seguridad en la central puesto que aún tiene combustible. De ahí la necesidad, a su juicio, de crear un almacén temporal que albergue los residuos nucleares.

Esta sesión plenaria se dedica de manera monográfica a un asunto de importancia para el territorio y este año se ha centrado en el debate sobre el cierre de la planta de Garoña, situada a 40 kilómetros de Gasteiz.

Además de las exigencias a Nuclenor, Iberdrola y Endesa, pidieron al Gobierno de Lakua que interponga un recurso contra la declaración de impacto ambiental que autoriza la instalación de un almacén de material nuclear en la citada central.

Gran acto de rechazo

Tras denunciar la falta de información de Madrid a las instituciones autonómicas sobre sus planes para esta planta, las JJGG de Araba acordaron tambi&bs;én convocar «a la mayor brevedad» un «gran acto institucional y social que visualice el rechazo masivo y unánime» del herrialde a mantener activa esta central.

En este acto, además de las instituciones alavesas, se invitará a participar a sindicatos, asociaciones, grupos ecologistas, agentes culturales y sociales y a toda la ciudadanía, desde el convencimiento de que la movilización popular es imprescindible para extender a todo el Estado este rechazo a la reapertura de Garoña.

Asimismo, se instó a la Diputación a contratar el 100% de la energía eléctrica que consume a una comercializadora que se provea de energías renovables.