Maitane ALDANONDO
Getxo

UNA EQUIVOCACIÓN QUE DESEMBOCÓ EN UNA INNOVADORA EMPRESA TEXTIL

Ander Aldekoa es el promotor de la empresa de moda Nabari Textil, una iniciativa empresarial en la que quiere reflejar sus inquietudes y valores. Confeccionan sus prendas de forma ética y sostenible, y hace unos días ponían a la venta su primera colección.

Nabari Textil es una marca de moda puesta en marcha por el joven getxotarra Ander Aldekoa. La idea se le ocurrió tras una equivocación. Se inscribió en un curso de figurinista de cine que él creía era sobre actuación y resultó ser de patronaje y costura. Tras completarlo vio una oportunidad que le motivaba: crear una empresa textil con principios éticos y sostenibles. La constituyó con un experto financiero que conoció mientras hacia un curso de marketing y preparaba su proyecto. En 2013 crearon la sociedad limitada con la inversión mínima de 3.000 euros. Para llevar a cabo su idea, el emprendedor buscó inversores por Internet y llegó a acuerdos que la hicieron posible sin desembolsar dinero. Entre otros, acordó con el diseñador Ion Fiz la creación de colecciones de polos y su presentación en la Madrid Fashion Week por varias temporadas. Después de dos años de trabajo, Aldekoa ha logrado reunir 14 socios –10 de ellos accionistas– y formar una plantilla de 7 personas. Además, el pasado día 19 de noviembre pusieron a la venta los primero polos.

Junto con una filosofía respetuosa con el medioambiente y las personas, Aldekoa ha incorporado a la prenda algunas de sus ideas innovadoras. Por una parte, incluyen endorfinas, conocidas como ‘las moléculas de la felicidad'. «Leí en una revista un artículo sobre las endorfinas y quise ver si se podía aplicarlas a la ropa», recuerda Aldekoa. Habló con un laboratorio que le pidió mucho dinero para el desarrollo, por lo que recurrió a otro más pequeño de Bilbo. A cambio del 1% del accionario realizó una investigación, cargando con los costes. Por otra parte, las prendas incorporan un chip con el que se interactúa a través de una aplicación móvil que han desarrollado. De este modo ofrecen sugerencias sobre cómo combinar la prenda por su color o por la previsión meteorológica, sobre cuándo es recomendable lavarla...

Las indicaciones pueden escucharse o leerse, ya que se han incorporado pensando en las personas con disfunciones visuales. Además, el usuario puede incluir sus datos personales para ser identificado en caso de emergencia. Aldekoa advierte de que «todos los datos están encriptados, no identificamos al usuario y garantizamos que no vendemos sus datos». Estudian incorporar otros usos como los avisos a una persona de referencia o la policía cuando se atraviesa un punto negro de las ciudades o recomendaciones para el uso deportivo de la prenda. Estas opciones pueden activarse o no. «Es incluyente y no excluyente». La etiqueta de las prendas está disponible en varios idiomas, al igual que la web, y se cose una vez recibido el pedido para que las instrucciones sean en la lengua del usuario.

Cuentan con dos colecciones, la clásica y la diseñada por Ion Fiz, y tienen una línea masculina y otra femenina. Por el momento se trata solo de polos, pero no descartan ampliar las líneas y el tipo de prendas. «Si nos da tiempo, a contrarreloj sacaremos otro tipo de prenda para el invierno: jerseys con materia prima de Gipuzkoa y Nafarroa». Hay varias tiendas del estado interesadas en vender la ropa de Nabari, pero aún no han llegado a acuerdos. Por el momento solo pueden adquirirse a través de la web corporativa. Venden a todo el mundo gracias a una empresa de reparto que les garantiza cumplir las condiciones éticas que promueve Nabari. Además uno de los socios es suizo y se encargará de las ventas en Suiza y Alemania.

La primera producción se ha limitado a 510 polos que se han confeccionado entre Barcelona y Portugal con algodón orgánico procedente de la India. Las prendas tienen un precio que ronda los 130 euros, por lo que el responsable es consciente de que no es apto para todos los bolsillos. Aldekoa señala que «la industria textil es de las más contaminantes del mundo y el hacer una producción no contaminante es más costoso. Pero merece la pena. El margen es pequeño, pero nuestro objetivo es que sea rentable». Los clientes potenciales a quienes se dirigen son aquellos que buscan exclusividad o les gusta le tecnología, así como a «personas comprometidas con los productos éticos y sostenibles, que estén dispuestas a pagar más por estas cosas».

El viaje de ander aldekoa de los coches ecológicos a la moda sostenible

Ander Aldekoa es un joven de 30 años que siempre tuvo la inquietud de emprender. No llegaba a la adolescencia cuando pensó en crear una marca de coches ecológicos después de ver la película Tucker en el colegio. Desarrolló el proyecto hasta que en 2009 se rindió por la falta de apoyos. Estudió un módulo de gestión y quiso ir a la universidad, pero tuvo que ponerse a trabajar. Realizó cursos sobre temas diversos y pasó por varios empleos buscando algo que le motivara. También ha aprendido gracias a Internet y a los proyectos que ha puesto en marcha estos años. Aunque ha tenido que abandonarlos, no descarta recuperar alguno cuando Nabari se asiente.