Human Rights Watch ha exigido una investigación «seria e independiente» sobre «el incidente más grave desde el principio de la crisis» en Burundi, que el viernes dejó casi 90 muertos en un ataque contra varias bases militares y en la represión posterior en barrios opositores de Bujumbura. El Ejército dijo que habían muerto 79 «enemigos» y ocho soldados. El primer balance del viernes fue de 21 rebeldes muertos y 21 capturados, pero el sábado, habitantes de Bujumbura hallaron al menos 40 cadáveres en los barrios con mayor oposición al presidente, Pierre Nkurunziza. Los testigos acusaron a las fuerzas de seguridad de haber detenido y ejecutado a jóvenes que encontraron a su paso tras los ataques insurgentes en tres bases militares. Son los peores incidentes desde el fallido golpe de Estado de mayo.