El ataque, con misiles Toshka de fabricación rusa tuvo como objetivo una concentración de fuerzas de la coalición árabe en el estrecho de Bab al Mandeb, en el mar Rojo. Los medios hutíes informaron de que fallecieron decenas de soldados en el bombardeo, extremo que fue confirmado por fuentes del Gobierno yemení mientras Arabia Saudí y el Ejército emiratí confirmaron solo la muerte de los altos mandos militares. «El coronel saudí Abdalah al Sahian y el oficial emiratí Sultan al Ketbi perecieron el domingo cuando participaban en las operaciones de liberación de la ciudad de Taiz», señaló la agencia oficial saudí, SPA. Al Sahian había recibido horas antes de manos del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, en la ciudad meridional de Adén, un galardón por su valentía en las operaciones y fue presentado como el comandante al mando de las operaciones en Adén, capital del sur del país.

Ayer mismo se resgistraron combates entre rebeldes y lealistas en la provincia de Taez.

El derrocado Gobierno yemení confirmó la entrada en vigor a medianoche de un alto el fuego de siete días y prorrogable para el inicio, hoy mismo, de conversaciones de paz en un lugar secreto de Suiza y para acabar con una guerra (por delegación entre Arabia Saudí e Irán) que lleva ya 6.000 muertos, 28.000 heridos y afección al 80% de la población del país árabe más pobre.

«Pararemos (los combates) cuando dejen de atacarnos», advirtió el portavoz hutí, Mohamed Abdelsalam. «No puedes fiarte de esa milicia golpista (hití), ya que no ha respetado hasta ahora sus promesas de tregua», señaló el jefe del Estado mayor gubernamental, Mohammed Ali al-Maqdishi.

Anteriores intentos de tregua han fracasado. La coalición árabe ha reconquistado cinco provincias del sur pero los hutíes resisten en Sanaa tras asaltar hace un año la capital yemení.