Mertxe AIZPURUA
se abre el debate sobre el futuro del ente (I)

EITB, A LAS PUERTAS DE UNA REFORMA PENDIENTE

Con profundos cambios de hábitos y costumbres en las generaciones jóvenes, las televisiones se enfrentan a una batalla colosal en un contexto tecnológico y sociológico que se modifica a velocidad de vértigo. EiTB se enfrenta a ello y al cambio de modelo que exige la sociedad al ente público.

Por una razón o por otra, en el último año el grupo EiTB es noticia casi constante en los medios de comunicación. Si todavía resuenan los ecos del traumático ERE aplicado en la emisora Radio Euskadi, el pasado mes de octubre era la denuncia de los sindicatos que criticaban el cese de un editor por motivos ideológicos y exigían la dimisión del director de Recursos Humanos, lo que llevaba a la directora del ente, Maite Iturbe, a rechazar con dureza lo que consideró una estrategia de presión. Poco después se ha visto obligada a dar explicaciones por la emisión del documental “Barrura begiratzeko leihoak”, casi al mismo tiempo en que se conocían los últimos datos de audiencias, con preocupantes resultados para las dos cadenas de televisión, que sitúan su share (cuota de pantalla) en el más bajo de su historia.

Un río revuelto el que cruza EiTB, afectado también por el reto global de las televisiones para adecuarse a los cambios de la revolución tecnológica del sector, y que es aprovechado por algunas voces para poner en cuestión incluso la inversión de fondos económicos que se destina al canal en euskara.

En este complejo escenario se ha abierto el debate sobre la reforma de EiTB, televisión y radio públicas nacidas en 1982 como instrumento para la información y participación política de la ciudadanía vasca y el fomento y desarrollo de la cultura vasca y el euskara.

Desde entonces la ley que regula EiTB ha sido modificada tan solo en dos ocasiones, una en 1996 cuando se acordó someter la elección del cargo de director o directora general a la mayoría del Parlamento, y otra dos años más tarde cuando se fijaron las mayorías en el consejo de administración del ente para la adopción de determinados acuerdos.

A la luz de estos datos y después de tantos años en los que se han experimentado cambios profundos en el sector audiovisual y en la propia sociedad vasca, la necesidad de una reforma parece obvia. La demanda de los partidos de la oposición parlamentaria ha sido constante en las últimas legislaturas, aunque nunca hasta ahora se haya abierto el camino. El primer paso se ha dado este año, en mayo. Los votos de PSE y EH Bildu se unieron en el Parlamento de Gasteiz para crear una comisión especial que aborde la reforma de EiTB. La proposición no de ley, presentada por el PSE, asumió la iniciativa de EH Bildu de encargar a la Universidad del País Vasco (UPV) el diseño de una metodología para trabajar en dicha reforma, de tal forma que el debate posterior no se limite al ámbito parlamentario, sino que se amplíe a diferentes ámbitos, con trabajadores del medio, expertos del sector audiovisual o agentes del euskara.

El PNV ha sido el único partido que se ha opuesto a la creación de la comisión. En opinión del parlamentario Luke Uribe-Etxebarria, el debate requería de un clima «más constructivo y tranquilo» que el que se vivía en aquel momento. Sus representantes votaron en contra, y en su enmienda a la totalidad plantearon que fuera la dirección de EiTB la que, en el marco del plan estratégico en vigor, afrontara los retos futuros del ente público. El PP, pese a estar de acuerdo en la creación de la comisión, no compartía que la UPV fijara la metodología, por lo que su voto en la sesión parlamentaria fue a la abstención. Lo mismo hizo el representante de UPyD.

El paso previo para activar la maquinaria, es decir, la firma del convenio entre el Parlamento y la UPV que regula las bases del encargo institucional, se ha oficializado hace escasas semanas, con un retraso considerable respecto a lo previsto inicialmente, debido a disparidades sobre la composición del grupo redactor del estudio, entre otros desacuerdos. Una vez cumplimentada la firma del convenio, la universidad tiene ahora tres meses para elaborar la metodología, por lo que, en el mejor de los casos, los representantes de la Cámara autonómica podrían empezar a trabajar sobre el documento a finales del próximo mes de enero.

Según la decisión adoptada en sesión parlamentaria, una vez recibido el trabajo metodológico de la UPV, la comisión debería culminar su tarea como máximo en marzo de 2016, con un dictamen que recoja las conclusiones para acometer el cambio de modelo.

Además del retraso producido, a nadie escapa que en el horizonte próximo están las elecciones autonómicas de 2016, un hecho que puede influir y condicionar la andadura de esta comisión. A pesar de ello, los impulsores de la iniciativa confían en que no haya demasiados obstáculos en el camino.

Esa es, al menos, la expectativa del parlamentario del PSE Mikel Unzalu. Espera que la comisión especial sobre la reforma de EiTB eche a andar en esta legislatura, aunque admite que «va a depender también de la voluntad que tengan otros grupos». Ni el PSE ni EH Bildu albergan dudas sobre la urgencia y la necesidad de una reflexión seria que encamine el futuro del ente público. El PNV no comparte la fórmula para llevarla a cabo pero «evidentemente» ponen de manifiesto su participación activa en el órgano creado.

LUKE URIBE-ETXEBARRIA

la función social como base

A la hora de fijar el trabajo de la comisión, desde el PNV hacen hincapié en que éste debe apoyarse en la función de servicio público de EiTB. Luke Uribe-Etxebarria, parlamentario y miembro del Consejo de Administración del ente, indica que «un examen y un análisis en profundidad del grupo multimedia público de EiTB deberá tocar muchos aspectos pero, básicamente, debería partir de la función de servicio público de EiTB, contextualizada en el sector televisivo del Estado español con todos los factores que están influyendo desde el punto de vista reglamentario, presupuestario, tecnológico y político».

Cita, además, como elemento clave, el análisis de los avances tecnológicos y la necesaria adecuación del grupo multimedia a todas las nuevas plataformas de transmisión de la información e indica que, como tercer eje, debe abordarse la cuestión de la financiación. «Hay que ser conscientes de que un grupo multimedia tiene un coste, consideramos que EiTB es uno de los pilares fundamentales del autogobierno vasco, y tenemos que reflexionar desde la perspectiva de cuánto debemos invertir para que cumpla las funciones que tiene encomendadas como servicio público».

Preguntado sobre la función social que el ente debería cumplir en el contexto político hacia la normalización del país, sostiene que a EiTB le corresponde «reflejar la actualidad con los criterios de honestidad profesional, veracidad y pluralidad informativa». Lo ejemplifica con los informativos de Euskal Telebista: «Desde hace ya 33 meses, y no es algo baladí, los informativos de ETB2 son líderes en Euskadi. No es nada fácil conseguirlo y no ocurría así hasta hace poco. Creo que es un reflejo de que la sociedad vasca confía mayoritariamente en ETB para poder informarse y otorga a sus profesionales uno de los tesoros más preciados, que es el de la credibilidad». Aunque la última medición conocida lo contradiga, Uribe-Etxebarria opina que no sirve valorar los datos aisladamente. «Hay que valorarlos en secuencias, con cierta perspectiva», asegura.

UNAI URRUZUNO

superar la dualización

El portavoz de EH Bildu en la Cámara de Gasteiz, Unai Urruzuno, considera que la comisión debe servir para abrir un debate sobre la información y los contenidos, sobre la línea editorial y la necesidad de este país de dotarse de una agencia de noticias, sea pública o mixta. Subraya la carencia de una agenda propia que se evidencia en la dependencia de determinados programas a las referencias informativas españolas.

Para el parlamentario abertzale, otro parámetro fundamental reside en el tratamiento del euskara. «En estos treinta años –señala– la evolución de quienes hablan y entienden euskara ha crecido considerablemente y ETB no está respondiendo a esta evolución. Hay que cambiar el planteamiento de la división en dos cadenas; hay que superar esa dualización que deja para ETB1 el euskara y a ETB2 le otorga la misión de la cohesión política. Y no es sólo ETB, son todas las empresas del ente las que deben responder a los mismos objetivos».

Como tercer eje para el debate, Urruzuno se refiere a la estructura empresarial necesaria para responder a los dos parámetros anteriores. «Hay algo básico: hablamos de un medio de comunicación público, que debe cumplir una función pública. Es esa función la que debe definirse correctamente, sobre todo teniendo en cuenta que somos un país con una lengua minorizada». «Es necesario actualizar y reformar la Ley de ETB, pero desde el principio de la legislatura hemos planteado que, más allá de Euskal Telebista, este pueblo necesita una Ley Audiovisual, con su correspondiente Consejo Audiovisual».

Respecto a la labor de la televisión en este momento político, alude a la polémica desatada tras la emisión de “Barrura begiratzeko leihoak”. «Para que este pueblo recorra la vía de la reconciliación, de la reparación y de la memoria, se debe hacer un relato lo más amplio y lo más justo posible, y ETB no puede ser una herramienta política para el desgaste de ciertas opciones y para resaltar realidades convenientes a ciertos sectores. En este campo ETB debe ejercer una labor fundamental».

MIKEL unzalu

cambios en la estructura

Desde las filas del PSE, Mikel Unzalu aboga por un cambio en la estructura de los órganos de dirección y control del ente para «acabar con la politización del medio público de la radiotelevisión vasca». Para ello, ve necesaria una «dirección profesionalizada», con un consejo de televisión «operativo y ejecutivo, diferenciado del Consejo de Administración, que tendría labores de asesoramiento y en el que, además de representantes políticos tuviera mayor peso la sociedad civil». El parlamentario socialista y miembro del Consejo de Administración de EiTB defiende que la persona que ocupe la dirección general sea elegida por una mayoría cualificada del Parlamento, con un mandato que sobrepase la legislatura, porque de lo contrario, «está al albur de la correlación de fuerzas que hay en cada momento».

Cree urgente enfrentarse a la competencia, a la incorporación de las nuevas tecnologías y los canales de pago, con un servicio público de calidad, «que hoy –remarca– deja bastante que desear». «Somos críticos con el modo en que se están haciendo las cosas en ETB. Si queremos hacer un medio público sostenible hay que abordar los retos de una manera profesional y alejada de posicionamientos sectarios».

Adecuar la oferta de ETB a la realidad sociolingüística es uno de los factores sobre los que debería incidirse, y califica de «muy grave» la situación de ETB1, que «no tiene una oferta atractiva para la juventud, una franja de edad en la que cada vez hay más euskaldunes». «La mayoría de las personas que tienen menos de 35 años es bilingüe. Comprende perfectamente el euskara, lo habla incluso, y estamos con audiencias de 1,5 % o 1,8% porque no hay una oferta adecuada. Tantas horas de “Kamera ezkutua” no favorecen precisamente que los jóvenes se queden frente al televisor».

Respecto a la nueva situación política que vive Euskal Herria, asigna a EITB, como servicio público, la función de ser una «herramienta de deslegitimación de la violencia y del terrorismo» para «avanzar en la convivencia y para que no vuelva a ocurir en Euskadi lo que en estos últimos años hemos soportado».