Joseba VIVANCO
Athletic

Dedicado a la afición

Sufrida e importante victoria gracias a una física primera mitad y al gol de Williams, que les coloca, de momento, quintos en la tabla.

GETAFE 0

ATHLETIC 1

 

El Athletic nunca caminará solo. El Coliseum getafense, ese estadio más desangelado que comer pan del día anterior, pareció por muchos momentos un pequeño San Mamés, con más de un millar de aficionados rojiblancos repartidos por sus gradas, llegados de Bizkaia, venidos de tierras madrileñas, que no dejaron de animar, empujar a través de sus gargantas a un Athletic al que seguro ese jugador número 12 le sustentó en los minutos de más apuros para poder amarrar tres puntos que le reafirman en sus objetivos europeos. Tres puntos que hacen buena la pechada que se dieron en el Camp Nou el miércoles, y que ayer no lo fue menos. Porque merced a esa brega, a ese retroalimentarse del propio cansancio y sacar fuerzas, resolvió un encuentro muy complicado, de los que requieren bajar al barro, de los de pico y pala, de los de meter el pie y ganarse como ayer hasta cinco de tarjetas, aunque alguna inmerecida, como la de un Xabi Etxeita que volvió al once y recuperó su nivel.

Había temor a esta visita a Getafe, por un rival esta campaña entonado en su feudo, porque nunca son partidos sencillos a pesar de que a los rojiblancos se les viene dando bien, y por la erosión no solo física sino emocional de la eliminatoria copera. Con las novedades de Gurpegi y Etxeita en el eje de la zaga –Laporte arrastraba molestias y Bóveda se quedó en la grada tras dos encuentros seguidos– y después de unos iniciales minutos de empuje azulón pero sin dominador claro del juego, un paradón de Guaita a remate colocado de Sabin Merino al minuto 10, metió de llenó a los leones en el duelo y les espoleó para decidirse a ir a por el Getafe.

Al minuto siguiente, de nuevo el de Urduliz fallaba esta vez una ocasión cantada a centro de Williams, en las mismas narices de Guaita, y que se le iba arriba de manera incomprensible. Los de Ernesto Valverde eran ya fieles a su habitual propuesta, con presión alta, encimando al rival, en un choque muy competido, peleado, en el que a la postre iba a decidir un revoltoso Williams que había dado las dos asistencias previas a Sabin Merino, pero esta vez decidió que mejor hacerlo que mandarlo. Y lo hizo de cabeza, picado, inalcanzable, aprovechando un centro de Balenziaga casi desde la línea de fondo, en una jugada que empezó De Marcos en la otra banda. Los dos laterales llegando arriba para fabricar la jugada de gol. La jugada de los tres puntos.

Sufrimiento final

«¡Que bote, que bote, que bote San Mamés!», entonaba la afición rojiblanca, fiel en sus ánimos, que ya cantaba el segundo en la siguiente jugada en la que Aduriz se encontraba una pelota rebotada en el área y la enviaba fuera del estadio. Media hora y siete remates del Athletic por uno de los madrileños. Máximo esfuerzo, escaso premio. Habían desgastado los leones buena parte de su depósito y el rédito era corto, aunque valioso. El ‘Geta’ apretó en el tramo final de esa primera mitad, pero sin fruto, un avance de lo que estaba por venir en la segunda.

Era evidente que el generoso esfuerzo iba a pasar factura a los bilbainos y que obviamente los locales se iban a ir arriba. Tocaba sufrir. Y es ahí donde emergió la figura alargada de San José, auténtico hombre-escoba cuando más achuchó el rival, y ahí apareció el hasta entonces inédito Iraizoz para sacarle un mano a mano al serbio Scepovic cuando se cantaba el empate. Un despiste atrás que cortó por un segundo la respiración a los cientos de athleticzales. Como también se quedaron mudos un instante en ese arreón final de los de Fran Escribá cuando Gorka despejó forzado una falta lejana de Pedro León y en la misma jugada el balón se paseó por su área pequeña sin que Álvaro Vázquez conectara el balón, cuando todo el campo la veía dentro.

La fortuna que le había faltado al Athletic cara a gol, se aliaba con él en su propia portería. Lo que el fútbol te quita, te lo da. Eso sí, en donde no hay manera es en que a este equipo le señalen un penalti. El colegiado, que para nada benefició a los rojiblancos y sí les perjudicó, le escamoteó un claro agarrón a Aduriz en el área, lo mismo que la segunda amarilla al joven Velásquez, en una falta que luego Beñat no aprovecharía. «Me ha parecido penalti, pero yo no soy la persona más objetiva del mundo. Aritz me ha dicho que penalti claro», diría luego Ernesto Valverde en el postpartido.

Su equipo terminó jugando con tres centrales –dio entrada a Laporte a falta de quince minutos– maniobrando ante la acumulación de hombres de ataque de Escribá. Con las fuerzas ya justitas, sin arranque para hacer retroceder al Getafe hasta su portería salvo un par de minutos finales, el Athletic consiguió llegar al pitido final resoplando, con sufrimiento, pero haciendo bueno el enorme sacrificio de este durísimo mes de enero.

Al final, los jugadores no pudieron sino devolver el agradecimiento a la afición, lanzando sus camisetas a la grada. Porque este Athletic nunca camina solo, y encima camina con paso firme. Anoche durmió quinto, a falta de lo que hagan hoy Celta y Sevilla. El sábado espera un Villarreal que ganó anoche al Granada de penalti injusto, y que saca diez puntos a los leones. Y con el apoyo de la afición a lo mejor se quedan en siete.

 

Valverde: «Estamos en el objetivo de luchar por los puestos europeos»

Ernesto Valverde es un hombre feliz. A pesar de estos partidos sufridos. «Las últimas veces hemos ganado aquí pero hemos terminado sufriendo mucho, metidos atrás. En el primer tiempo debiéramos haber ido con algun gol más, pero con un resultado tan justo se iban a echar adelante, han acumulado gente arriba, no teníamos la llegada, no teníamos respuesta, y el partido iba contra nosotros, cada vez más cansados, pero hemos ganado», fue su análisis, reconociendo que «ha faltado calma y frescura» pero que «cuando estás fundido no sabes qué hacer con el balón, te falta ese punto de tranquilidad, te falta aire». La clave estuvo en que «para nosotros era fundamental demostrar al rival que no estábamos pensando en que nos han eliminado de Copa. La puesta en escena era fundamental. Lo hemos conseguido, la pena es solo haber convertido una ocasión». Destacó que «estamos en el objetivo de luchar por los puestos europeos, y el partido próximo –ante el Villarreal– es una gran oportunidad. Nos viene en buen momento, tenemos una semana limpia para preparar partido», valoró Valverde.J.V.

 

De Marcos vio la quinta y es baja ante el Villarreal

Óscar De Marcos vio su quinta tarjeta amarilla y será baja ante el Villarreal, y así no tendrá problema para estar ante el Madrid o la Real. Sí están apercibidos San José y Etxeita.

 

El expulsado Cala carga contra Aduriz y Gurpegi

Cala, expulsado en el descuento, cargó en Twitter contra Gurpegi y sobre todo contra Aduriz, a los que acusó de proferir insultos irreproducibles, y al delantero de fingir y provocar.

 

El OM, nueve partidos ya sin ganar en casa

El Olympique de Marsella sumó su noveno partido seguido en casa sin ganar. Empató en el minuto 96, 1-1, ante el Lille, sin su portero Mandanda, lesionado. Gritos de «¡Bielsa, Bielsa!».