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DAMASCO

El acuerdo de cese el fuego en Siria deja la vía abierta a bombardeos

El alto el fuego pactado por Estados Unidos y Rusia en la guerra siria, constituye un acuerdo de mínimos que deja la puerta abierta a la continuidad de los bombardeos. Supone el cese de hostilidades en el plazo de una semana, pero excluye los ataques al Estado Islámico y a Al-Nosra, la filial siria de Al Qaeda. Las alianzas de este grupo con otras facciones insurgentes salafistas permite a Rusia mantener sus operaciones en el frente de Alepo, como ha dejado claro.

El presidente sirio, Bashar al-Assad, afirmó ayer su voluntad de reconquistar toda Siria, y previó largos combates, unas horas antes de la entrada en vigor de una tregua de mínimos negociada entre EEUU y Rusia. Washington, Moscú y sus principales aliados en el conflicto, concluyeron en la noche del jueves las negociaciones internacionales sobre Siria en Munich con un llamamiento al cese de las hostilidades en el plazo de una semana. Si bien no será «inmediato», como quería EEUU, da un plazo más concreto y cercano del que sugería Rusia.

Los 17 países que forman el Grupo Internacional de Apoyo a Siria anunciaron, además, un «suministro continuado de ayuda desde esta semana en las zonas donde los civiles tienen una desesperada necesidad de asistencia» en las ciudades asediadas por el régimen de Damasco o el Estado Islámico (ISIS).

Pero la tregua negociada en Munich tiene demasiados huecos que pueden dejarla en papel mojado. Quedan excluidos los combates contra el ISIS y Al-Nosra, así como los bombardeos, tanto de los países occidentales como de Rusia, contra estos grupos. Esta excepción abre la puerta a que Moscú continúe su intervención en la provincia de Alepo. De hecho, Al-Nosra es allí aliada de facciones salafistas, lo que incluye a buena parte del frente en la categoría de «terroristas».

Así,el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, aclaró que Moscú continuará bombardeando a las «organizaciones terroristas» y recalcó que los barrios occidentales de Alepo están controlados por las organizaciones islamistas Frente al-Nosra y Jaish al-Islam, agregando que ambos reciben ayuda desde Turquía. El ministro de Exteriores ruso rechazó, además, las declaraciones de Arabia Saudí sobre un posible despliegue de tropas sobre el terreno, argumentando que cualquier operación de este tipo desembocará en un recrudecimiento del conflicto. El primer ministro ruso, Dmitri Mevdevev, advirtió la víspera de que la intervención terrestre podría desencadenar una guerra mundial.

Kerry no se hace ilusiones

El propio secretario de Estado de EEUU, John Kerry, reconoció que no se hace ilusiones sobre la puesta en práctica del alto el fuego por parte de los rebeldes y el Gobierno. A su vez, el Pentágono confirmó que las operaciones de la coalición que lidera EEUU contra el ISIS van a continuar sin cambios.

Al-Assad, en una entrevista a AFP, advirtió de que «negociar no significa que paremos el combate contra el terrorismo». El presidente sirio, por otra parte, subrayó que la batalla de Alepo, en la que el Ejército tiene contra las cuerdas a los rebeldes, busca «cortar la ruta» hacia Turquía porque «constituye la vía principal de suministro de los terroristas».

En cuanto a la oposición siria, el comité negociador en Ginebra anunció que la propuesta del cese el fuego «será examinada por las facciones rebeldes sobre el terreno».

El Gobierno alemán mostró la desconfianza occidental hacia Moscú señalando que «las palabras deben ser seguidas de hechos» y «Rusia tiene la principal responsabilidad». En cuanto a Turquía, que apoya a los rebeldes y acoge decenas de miles de refugiados, cree el acuerdo de Munich «es un paso importante en la vía de la solución».

Ya son 100.000 los huidos en la frontera con Turquía

Casi 100.000 civiles se encuentran actualmente en los campamentos instalados en Siria junto a la frontera turca, incluidos los 35.000 que han huido de los combates de Alepo, según el viceprimer ministro turco, Yalçin Akdogan. «Hay ahora nueve campos al otro lado de la frontera donde están acogidas 100.000 personas», afirmó Akdogan, precisando que se está instalando un décimo campamento. Además, sugirió que el flujo de refugiados se está ralentizando. y «no hay masas importantes de gente que intentan pasar la frontera». La ONU contabiliza 51.000 civiles desplazados desde el comienzo de la ofensiva lanzada por el Gobierno sirio en Alepo, el 1 de febrero. De ellos, casi 35.000 esperan refugiarse en Turquía. El resto ya se encontraba desplazado en la zona con anterioridad. Las autoridades turcas, que acogen actualmente a 2,7 millones, rechazan dejarles entrar, a pesar de las presiones europeas y de la ONU, y han organizado su instalación en suelo sirio con ayuda de ONG.GARA