Joseba VIVANCO
Athletic

El último peldaño

Oficio, suerte, flor, los «detalles» castigan la escalada de unos leones que se miran en el espejo del Sevilla.

Johan Cruyff sostenía que «el resultado no es lo único, es una parte». El gran periodista Enric González venía a decir, seguramente con parte de razón a tenor de los nexos entre crónica deportiva y realismo mágico ligado a las emociones con el que nos desayunamos ayer en la prensa rojiblanca, que «sobre esto de ganar o perder es mucho más literario perder que ganar. Ganar en realidad es bastante estúpido, aunque sospecho que debe ser bastante feliz». Lo de más feliz, seguro. Todo comenzó en Bucarest, una de esas derrotas que forjan caracteres y que, como diría Mr.Pentland, son las que hacen equipos. Como la piña de los jugadores antes de los momentos cruciales del partido en el Pizjuán. Esa que les ha hecho llegar hasta cotas como la del jueves, insospechadas no hace tanto. Nada menos que 118 años de historia contemplan a este club, y desde 2012, hace tan solo cuatro años, este equipo ha disputado varias finales, ha jugado la Champions y ha alcanzado dos veces los cuartos en la Europa League. Y a diferencia de aquella de la capital rumana o de otras perdidas de antemano ante el Barcelona, este equipo ha aprendido a competir incluso en las grandes citas. Solo le queda dar ese salto, eso que unos llaman oficio y otros tener flor, eso que en definitiva tienen los equipos grandes, que rivales como el Sevilla alcanzaron ya y otros como el Villarreal están en proceso de cruzar ese umbral.

De la resignación por quedarse siempre en puertas de algo, este Athletic pasó a la presión ante los nuevos retos, y de ella a la ilusión por levantar títulos. De nuevo se ha quedado a un paso de algo más grande, pero llegados a este punto, el Athletic siempre gana. Difícil analizarlo con mente fría, imposible consolar las lágrimas de Beñat, de San José... Ellos, como otros antes, están poniendo los cimientos de lo que está por llegar más pronto que tarde.

Al Athletic –aún– se le va la vida en los detalles, esos que decantan la balanza. El de Muniain en la ida, el de Susaeta en la prórroga, el de Beñat desde los once metros... La pizca de fortuna que determina quién vive y quién muere. Esa que equipos como el Sevilla han hecho suya, y a su reciente historia de momentos mágicos nos remitimos. Unai Emery justificaba que «la suerte hay que trabajarla». Sea o no, al Athletic todavía le falta eso. Más que la suerte, los detalles. «El fútbol no entiende de justicia, sólo entiende de si el balón entra o de si no entra», sentenciaba Aritz Aduriz aún preso de una batidora de emociones.

Jupp Heynckens llegó a sugerir que «el Athletic podría ser campeón si fichara a Matthaus, Brehme y Völler», y le cayó encima algo más que un suave sirimiri. Aún no tenía asumido que el Athletic es grande porque hace de su singular diferencia respecto a los demás una grandeza y no una desventaja, ni siquiera ya una disculpa.

El veterano periodista Eduardo Rodrigálvarez, en su recopilatorio de ‘‘100 motivos para ser del Athletic (y uno para no serlo)’’, lo deja meridianamente claro: «No aceptar el fracaso es la única condición inexorable para no ser del Athletic». Como dejó claro Aduriz, «nos reharemos y volveremos a por ello el año que viene». Días de vino y espinas. De rebujito a temperatura ambiente. De tragar lágrimas por lo que pudo ser y no fue. Pero también de esos 100 motivos para ser del Athletic. Para tratar de ir mañana a Málaga... a competir.

Aduriz, lesión «leve»

El parte médico sobre la dolencia de Aduriz en el Pizjuán reveló que sufre una lesión «leve» en el bíceps femoral de su pierna izquierda, lo que tranquiliza, pero no evitará que el delantero se pierda algunos partidos, durante a lo sumo un par de semanas. Pero no parece que ni ante Málaga, Atlético y Levante vaya a estar disponible. Bóveda sufre también una dolencia en su musculatura aductora de la pierna izquierda. El que se ejercitó de nuevo ayer al margen fue Williams, con lo que se mantiene su seria duda para viajar a tierras malacitanas.J.V.