César Manzanos
Doctor en Sociología
JO PUNTUA

El saqueo

Nuestras vidas dependen de una invisible estructura criminal que, tan solo se manifiesta cuando afloran a la luz fugas coyunturales, fruto de desavenencias en el interior de las élites de poder, en su proceso de secuestro de los estados para ponerlos al servicio de su economía de la guerra permanente, convirtiendo el estado de derecho en un «estado de derecho contra los derechos». No solo no garantiza los derechos fundamentales, sino que ha convertido su maquinaria recaudatoria y legislativa en un aparato al servicio del incremento de las tasas de ganancia de las oligarquías que lo controlan y, a su vez, de explotación y guerra contra las clases desposeídas, proletarizadas y vomitadas del sistema económico.

Las grandes fortunas se están amasando mediante el latrocinio y la corrupción como sangre del mercantilismo de acumulación, la manipulación informativa, el neoesclavismo, las migraciones forzadas, el encarcelamiento, la tortura y el asesinato de quienes lo denuncian, etcétera. La mayoría de ellas se iniciaron en el franquismo. A sus nombres y apellidos se suman las nuevas élites económicas, surgidas mediante los mismos procedimientos de saqueo, procedentes sobre todo de los sectores socialdemócratas que han gestionado el estado en múltiples ocasiones durante los últimos 35 años. La lista de saqueadores es también larga.

Como bien lo expresó Gordillo: Las puertas: «giran también al revés: no solo los políticos retirados ocupan consejos de administración de las grandes empresas sino que también los técnicos del capital privado ocupan carteras públicas» sino que nos cuenten Ardanza, Imaz, Acebes, Rato, Martín Villa, Marín, Serra, Piqué, Gonzalez, Zaplana, Serra, Suarez, Matutes, Sotelo, Cabanillas, Borrell, Boyer, Rato, Oreja, Borbón, Aznar… y demás políticos ilustres, que tienen que ver con las multinacionales que nos sangran como Iberdrola, Telefónica, Bankia, Euskaltel, Abengoa, Fenosa, CHA, Ferrovial, Dragados, Enagás, Petronor, Satander, Mapfre, Airbus, Gas Natural o Everis. Cada apellido se corresponde con una o varias de ellas que obtienen desorbitados beneficios por cobrarnos servicios básicos a precios desproporcionados con el único fin de engordar sus fortunas.