El partidazo del año en San Mamés, en el nuevo y en el viejo, y mal que les pese o no a los vecinos donostiarras, es la visita del Real Madrid. El encuentro a ganar. Es verdad que ante el Barcelona, de unos años a esta tarde, seguramente desde que se interpusiera hasta hace poco entre el Athletic y un título, los choques suelen estar cargados de una atmósfera revanchista, y hasta un empate se celebra como una victoria. Pero si hay un invitado que se ha sumado a esas fechas marcadas en rojo en el calendario ese es el Atlético, en buena medida por la presencia en su banquillo del Cholo Simeone –y sabido es que el ‘sabio’ público rojiblanco no suele perdonar ni poner la otra mejilla–, o de jugadores marcados, llámense tiempo atrás Raúl García o Diego Costa, no tanto por quienes sean sino por lo que te ‘dañan’ dentro del campo, y si no ahí está el ejemplo del navarro a día de hoy, o el asco que nadie le haría si un tipo como Godín fuera descendiente de emigrantes vascos o Griezmann hubiera acabado al otro lado de la A-8.

Los choques ante los colchoneros en el feudo bilbaino no suelen decepcionar, al menos en cuanto a ambiente. Es un día de esos en que el público está especialmente sensible con cada decisión arbitral, cada gesto de Simeone en su área técnica, cada falta del rival, cada entrada al borde del reglamento. Un escenario hostil que, siendo sinceros, ayuda más a que los propios se sientan arropados allá abajo, que amedrenta a un contrario con el colmillo más retorcido que un sacacorchos.

Williams o Viguera arriba

Un duelo con enorme pasión dentro y fuera del terreno del juego al que esta vez se le aliñan ingredientes no menos apetitosos cual es la importancia de los tres puntos en liza. El Athletic, de ganar no solo garantizaría su presencia en Europa sino que reforzaría sus credenciales a la cuarta plaza, amén de firmar una resurrección mayor tras la eliminación en el Pizjuán que la del ‘Lázaro, levantete y anda’; el Atlético, de perder, podría despedirse de sus renacidas opciones a título liguero.

Choque de altura, tanto que hasta el propio Marcelino G. Toral, técnico del Villarreal que visita el Bernabéu, sostenía ayer que «el Atlético lo tendrá más difícil en San Mamés que el Real Madrid contra nosotros, porque el campo del Athletic es de los más difíciles de la Liga». De ahí que Simeone no quiere hablar de la Liga, sino del partido de hoy. «Nos vamos a enfrentar a un rival, el Athletic, importante, muy fuerte, que tiene muchas fortalezas desde varios lugares del campo, con muchos recambios en muchos jugadores. La presencia de Raúl García ha potenciado muchísimo su estructura. Tenemos que llevar el partido para el lado que nos haga sentirnos más cómodos», dijo.

Otro tanto maquinará Ernesto Valverde en el otro banquillo, cómo hincarle el diente de una vez por todas a este Atlético al que no ha ganado desde que volviera a Bilbo. «Hay que ser contundente en tu área y contudente en la suya», resume la clave de un choque entre dos equipos «que pelean hasta el final, que solemos superar las expectativas», y por tanto con ciertas similitudes. Un partido «atractivo para la gente», un partido «para ganarles de una vez», un partido «clásico, en el que los dos nos jugamos cosas importantes», pero un partido, sobre todo, en el que «los tres puntos nos darían la clasificación matemática para Europa». Tres puntos que significarían, a cuatro jornadas vista de acabar la liga, «refrendar la temporada».

El de Viandar de la Vera es consciente de lo mucho que está sobre la mesa para el Atlético en su visita a la capital bilbaina, pero deja claro que «ellos se juegan mucho, pero no menos nosotros». Sobre el tapete, cuenta con la vuelta de Williams, que no está para 90 minutos pero veremos si opta por él de inicio en una variedad de opciones arriba, y atrás. Iñaki podría jugar de ‘9’ en detrimento de Viguera, o repetir con el riojano como en Málaga, o por ambos con Williams en banda. De igual modo que no es descartable que en la zaga repita con San José y premie a Iturraspe junto a Beñat. Tantas alternativas como tendrá hoy un duelo a todo o nada. Si es verdad que solo hay un Athletic y es el de Bilbao, esta noche –amenaza lluvia– estamos ante la oportunidad de vivir una gran noche de fútbol, con muchísimo en juego.

Ojo a la conexión de gol Koke-Torres

Alfredo di Stéfano sostenía que «ningún jugador es tan bueno como todos juntos».

Y eso es el Atlético de Simeone. Los colchoneros cuentan por victorias sus tres visitas al nuevo San Mamés y un curso más llegan en buen momento y mucho apetito. Lo hacen sin su capitán Gabi, ausencia notable que suplirá Augusto, pero con la vuelta de Luis Felipe al lateral zurdo y una nueva dupla enchufada como es la de Koke –13 asistencias de gol– y Fernando Torres. El ‘9’ marca, asistido por la nueva posición de mediapunta de su compañero, como ante el Betis, el Barcelona, Granada, por dos veces al Espanyol... Ojo a la nueva conexión trazada por el Cholo, a su letal contragolpe. Y ojo también no solo a su presión sobre la salida del Athletic sino a cómo entorpecerán, en asuencia de Laporte, la conducción desde atrás, como ya hicieran ante el Barcelona en Champions, obligando a que ésta fuera a través de Mascherano y no Piqué. J.V.