Joseba VIVANCO
Athletic

Solo hay un camino

San Mamés cuelga el cartel de no hay billetes en un duelo casi decisivo por la quinta plaza y con el añadido de la vuelta de Aduriz.

ATHLETIC-CELTA DE VIGO

El Athletic tiene este mediodía su enésimo y quién sabe si definitivo reto de la temporada. Ganar al Celta y depender de sí mismo para ser el quinto mejor equipo de la Liga. Y San Mamés tiene también su particular examen, ese que últimamente tanto se está poniendo en cuestión, cual es hacer honor a su mitificada condición de estadio que, como diría Marcelo Bielsa, «en los momentos de debilidad te da la mano para que no te ahogues». Ernesto Valverde va con todo, recuperados para la ocasión los hasta ayer dudosos Aduriz, De Marcos, Bóveda y Williams, y San Mamés lo hace con el ‘no hay billetes’ colgado y su ampliada grada de animación en dos centenares más de localidades. A ella es a donde seguro miran los jugadores para testar el termómetro ambiental. Por eso unos y otros debieran ser uno solo para sacar adelante un complicado partido en el que ambos conjuntos se juegan el mismo objetivo.

Así es, la buena noticia para los rojiblancos es que vuelve su goleador y los renqueantes estarán listos para participar, al entrar en una convocatoria de la que se queda fuera el capitán Carlos Gurpegi, que todo indica se despedirá de su público y San Mamés la última jornada. Un final de campaña plagado de emociones para los rojiblancos y su parroquia, lo que no es sino síntoma de entusiasmo y las cosas bien hechas. Un epílogo que debe refrendarse con la victoria hoy ante los gallegos –aún deben visitar el Calderón–, porque solo esta revalorizará las posibilidades del Athletic de rubricar un año excelente. No será fácil, porque enfrente está un rival al alza, peligroso y que viene con la aviesa intención de ganar.

Dos equipos con similitudes en sus propuestas ofensivas, donde todo hace anticipar que sus respectivas defensas van a ser las que más sufran. Nolito en la izquierda, Aspas en el centro y Orellana en la derecha. El juego combinativo de los celtiñas se potencia en el tercio final con estos tres verdaderos estiletes, que cuando entra el liza el sueco Guidetti, se revoluciona.

Un conjunto en el que el medio campo, con Wass, ‘Tucu’ Hernández y Marcelo, gusta de mover con mucho ritmo la pelota, alternando su juego interior con el exterior, aprovechando las subidas de los laterales. Cuando ocurre esto, Nolito y Orellana se cierran y ganan superioridad posicional sobre el rival por dentro, aprovechando esas dos balas por fuera que son los laterales Mallo y Jhonny.

Movimientos a los que tendrán que estar atentos los rojiblancos, que, al revés, querrán aprovechar el inevitable punto débil del Celta como es ajustar todo este torrente ofensivo. Defensivamente a veces el contrario los coge con pocos efectivos atrás y sufre, dado que sus centrales no son rápidos y ante un ariete como Aduriz estos pueden padecer mucho en el partido de hoy. En resumen, cada cual tiene sus fortalezas donde el otro puede tener sus debilidades. Ello, sin olvidar ese otro partido que se desarrollará en la medular, por dominar la pelota y entorpecer, sobre todo, el juego combinativo del contrario. Varios partidos dentro de otro.

Ernesto Valverde ya avisó el viernes de las precauciones con las que su equipo encara este duelo europeo por el nivel futbolístico del Celta, y otro tanto hizo ayer su homólogo Eduardo Berizzo, para quien «el Athletic juega con una gran intensidad, con una gran solidez como equipo y está lleno de muy buenos jugadores. Nos va a exigir jugar muy bien para ganar». No en vano, pidió a sus jugadores un «ejercicio de personalidad» ante un rival que les va a exigir «mucha madurez».

No había un título de Liga tan igualado desde el último de los leones

Desde la temporada 1983-84 no se llegaba como ahora a falta de tres jornadas para el final de la Liga con tres equipos separados por un punto en la cabeza de la tabla. Llegaban el Athletic y el Madrid con 43 puntos cada uno y el Barcelona con 42. Y todos ellos ganaron sus tres últimos partidos. Como para olvidarlo, fue el segundo título liguero consecutivo de los leones dirigidos por Javier Clemente. El Athletic venía de ser fiel a su historia y caer en el Villamarín, 2-0, con lo que ya solo tenía a su favor el gol average ante los merengues a falta de tres fechas. Llegaba el Málaga a San Mamés y a pesar del arbitraje de Ceballo Borrego y la mala puntería, el gol de penalti de Urtubi puso el 2-1 en el marcador final. Una final que se jugaba en el Luis Casanova. Miles de desplazamientos a Valencia acompañando al equipo y memorable gol de Txema Noriega en el minuto 85 que rompía las tablas puestas por Dani y García Pitarch poco antes. Épico. Uno de esos partidos para exclamar aquello de «¡yo estuve allí!». 22 de abril de 1984. Ya solo quedaba la Real Sociedad y los dos legendarios goles de Liceranzu. El Barcelona ganaba en el Manzanares y el Madrid en Sarriá. Pero el testarazo de ‘Rocky’, al décimoquinto córner, valió una Liga tan igualadísima como la actual. J.V.