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Los talibanes claman venganza tras las primeras ejecuciones en Afganistán

Los talibanes advirtieron de que vengarán las ejecuciones de insurgentes realizadas ayer por primera vez tras el anuncio del presidente afgano, Ashraf Gani, del cumplimiento de la pena capital para los insurgentes, que pidieron la intervención de organismos internacionales.

Seis talibanes condenados a muerte fueron ahorcados ayer, en la primera tanda de ejecuciones aprobada por el presidente, Ashraf Ghani, desde su llegada al poder en 2014. Los talibanes anunciaron que vengarán «enérgicamente» esas muertes.

Las sentencias fueron firmadas por Gani «en base a los principios de derechos humanos» de Afganistán, de acuerdo con el comunicado del palacio presidencial, que añadió que las familias de las víctimas de «ataques terroristas» habían reclamado la ejecución.

Los talibanes, en una nota en nombre de «las familias de prisioneros vulnerables», pidieron la intervención de la ONU y la OTAN tras denunciar que las autoridades afganas y las tropas estadounidenses actúan de forma «similar a los nazis».

El presidente afgano había prometido en abril una dura respuesta militar contra los insurgentes y la aplicación de condenas severas, incluyendo la pena de muerte. «El tiempo de la amnistía ha terminado», manifestó poco después de que se produjera un atentado reivindicado por los talibanes contra un edificio oficial de Kabul que dejó al menos 64 muertos.

Los talibanes, que habían anunciado unos días antes el comienzo de su «ofensiva de primavera», lanzando un asalto en Kunduz, ya pidieron entonces la intervención de organizaciones internacionales para evitar las ejecuciones de «presos políticos indefensos» y advirtieron de «graves repercusiones» para el Gobierno y de que ejecutarán a presos de las fuerzas afganas y extranjeras en su poder.

Batalla en Helmand

Mientras, un ataque perpetrado ayer por la mañana por insurgentes talibán a las afueras de Lashkar Gah, principal núcleo urbano de Helmand, ha puesto fin a semanas de relativa calma en la localidad, donde se cultiva la mayor parte del opio en Afganistán. El ataque tuvo lugar contra dos puestos de control de la zona de Babaji y se prolongó por espacio de tres horas.

El ataque puso fin a lo que se conoce como la pausa de la primavera, semanas en las que muchos de los insurgentes dejan temporalmente las armas para en los campos de opio.