María RUIZ DE OÑA Responsable del Área de Desarrollo Personal y Profesional (Psicología y Aprendizaje) del Athletic
LA FORMACIÓN DE JUGADORES

Para sacar talentos no hay atajos

Durante los días 26, 27 y 28 la Universidad de Deusto acoge el III Congreso de Psicología Aplicada al Fútbol, con ponentes de renombre internacional, presidido por la autora de este artículo recién publicado en el blog oficial de la Federación Vizcaina de Baloncesto. Aquí reproducimos este clarificador texto dirigido a formadores-entrenadores.

Cuando hablamos de desarrollo de talento, estamos hablando de muchas cosas y probablemente todas tengan cabida. Sin embargo, hay una que tiene que estar en el origen de todas ellas: el desarrollo del talento empieza por el desarrollo de talento del entrenador, porque hace falta talento para desarrollar talento. Esto implica un cambio de enfoque para todos aquellos que trabajamos entorno al desarrollo y formación de jugadores.

Para ello, propongo algunas premisas desde las cuales analizar qué y cómo estamos haciendo esta labor:

- Cuando entras a trabajar en un club de alto rendimiento donde el foco es el desarrollo del talento, no podemos ir pensando que con mi experiencia como jugador o como entrenador ya vale. Desarrollar talento me obliga a ir más allá de mis competencias. Nos exige más de lo que uno sabe.

- La mayoría de nosotros pensamos o hemos pensado alguna vez que estamos preparados para desarrollar talento o formar jugadores. Es más, pensamos que nuestra propuesta es de gran valor. Sin embargo, creo que partir de la premisa “estoy preparado” en mi opinión es una premisa equivocada y no juzgo que esté o no preparado pero el planteamiento inicial hoy en día es otro. No se trata tanto de estar preparado para desarrollar jugadores sino de estar abiertos a comprender la realidad que tengo delante.

- El desarrollo del talento es algo inacabado. Si vamos en la condición de expertos estamos limitando el desarrollo del jugador. Porque entonces trabajamos desde yo ya sé todo y te voy a enseñar. Porque trabajo desde mis aprendizajes pasados no desde las posibilidades futuras que puedan ir apareciendo en el jugador.

- Los entrenadores tienen que tener claro para qué y para quién trabajan; los clubes necesitan establecer un enfoque común, donde los entrenadores dejen de trabajar de forma individual y entiendan que ellos están allí para servir al club y no a la inversa. Ellos también tienen que darse cuenta de que son parte del proceso de desarrollo del jugador.

Este es un momento crucial, donde algunos entrenadores se dan cuenta de que tienen que aprender a trabajar desde un enfoque común, y es aquí donde surgen sus resistencias al cambio, ya que estos nos hacen sentirnos vulnerables.

- Para desarrollar talentos no se trata solo de juntar a los mejores profesionales, si no de que estos trabajen de manera conjunta. Los cuatro pilares básicos –el futbolístico, la Preparación Física, el área Médica y el área Psicológica-Personal– no deberían existir separadamente, sino integrados en una acción conjunta. No hay lugar para los egos individuales. Los profesionales que trabajan alrededor del jugador necesitan entender que no son ‘el centro del universo’, que son parte de un sistema mucho mayor que ellos.

A su vez los entrenadores necesitan entender que también son parte de este sistema, lo cual no solo implica que soy parte de una organización sino que estoy al servicio de la optimización y mejora de la misma; es decir, el entrenador está al servicio del crecimiento cualitativo y cuantitativo del club y no viceversa.

Quiero enfatizar que cuando pertenecemos a un sistema, a veces sentimos que perdemos poder, y en efecto, algo perdemos. Otras veces tenemos miedo de perder conocimiento, y aquí es todo lo contario, lo ganamos. En mi experiencia, la mayoría de los técnicos creen y se quejan de que pierden autonomía, pero lo que nunca se pierde es la esencia de cada uno, el valor que cada uno posee. La capacidad de comunicar y transmitir, de relacionarse, la capacidad de aprender y de enseñar… En mi opinión, esto es lo que necesita crecer y madurar en los entrenadores para hacerles verdaderamente autónomos.

- El desarrollo del talento no tiene atajos; es un viaje largo y a través de uno mismo.

Para el desarrollo de talento o para el alto rendimiento hay que optar por la vía difícil si quieres un cambio real. En este viaje no caben atajos, no hay viajes cortos ni superficiales y con ello me refiero a los videos motivacionales, slogans, soluciones rápidas… Muchos entrenadores, profesionales y psicólogos buscan recetas, compran tecnología, recopilan ejercicios, copian sistemas de juego de equipos profesionales y se aferran a las quickfix solutions, pero ni los ejercicios, ni el análisis de vídeos por sí solos desarrollan talento.

Partimos del hecho de que existen miles de recetas sobre cómo desarrollar talento y el potencial de las personas; sin embargo, la mayoría de estas recetas se orientan a dar información técnica y teórica de gestión y se olvidan de desarrollar a la persona que «está y vive en ese proceso».

Las recetas y las herramientas por sí solas no bastan para resolver este reto. Como cualquier instrumento, estas herramientas necesitan un usuario consciente, capaz de aplicarlas de manera efectiva y que pueda ajustar las ideas generales y abstractas a la situación particular y concreta que afronta.

Muchas veces el cumplimiento de estas premisas implica la transformación de la cultura de un club. Sin embargo, primero se debe afrontar una transformación personal, porque la legitimidad para pedir que cualquier institución se transforme tiene veracidad cuando esta exigencia ha fecundado primero en uno mismo.

Todo esto nos confronta con nosotros, con nuestros deseos y necesidades, con nuestras creencias y esquemas mentales, con lo que hacemos y cómo lo hacemos. Por tanto, necesitamos revisar nuestros deseos y necesidades, nuestras creencias y lo que hacemos y cómo lo hacemos, no solo a nivel individual sino también colectivo.