Iker BIZKARGUENAGA
ARNALDO OTEGI EN EL EUSKALDUNA

Fabricando ilusiones en el astillero

«Escuchar para mejorar» se llama el ciclo de charlas organizado por EH Bildu. Ayer en el Euskalduna hubo ocasión de oír ideas, reflexiones, preguntas y preocupaciones. Arnaldo Otegi respondió a todas las cuestiones, pero no fue una entrevista, sino un diálogo colectivo del que todos salieron reconfortados.

Dicen que las paredes tienen ojos y las piedras memoria. De los astilleros de Euskalduna ya no quedan ni paredes ni piedras, pero el carácter de sus trabajadores, el sentido de su lucha y el peso de su memoria estuvieron muy presentes en el acto organizado ayer por EH Bildu, en el que Arnaldo Otegi fue el principal orador, pero donde las intervenciones de los asistentes dejaron un poso combativo que hacía tiempo que no se veía en una cita política a orillas del Ibaizabal. Un acto denso pero con concesiones al humor, del que la gente salió, más que contenta, reconfortada. Porque hay barco, hay rumbo y hay timonel. Y vuelve a haber ilusión.

«Siéntete como en casa», le dijo Natalia Gardeazabal, edil de EH Bildu en Basauri y conductora del coloquio, y el ya candidato oficial a lehendakari –responsabilidad que dijo asumir como un reto, un compromiso y con alegría– le tomó la palabra. El formato era novedoso: cientos de personas sentadas en círculo –y decenas de pie–, y en el centro Otegi, el candidato al Congreso Oskar Matute, la diputada saliente Onintza Enbeita, el parlamentario Dani Maeztu, la juntera Meritxel Elgezabal y la edil portugaluja Izaskun Duque.

Todos ellos escucharon las intervenciones de los asistentes, que sacaron todo tipo de temas y tocaron todo tipo de fibras. Lo hizo por ejemplo un trabajador, ya jubilado, que rememoró su llegada procedente de Extremadura, sus inicios en el movimiento obrero, su afiliación al Partido Comunista y a CCOO, y su evolución política, en la que mucho tuvieron que ver gente como Edurne Brouard, Txomin Ziluaga y Jon Idigoras, hasta regresar, otra vez, al Euskalduna. «Soy comunista y es aquí donde estoy a gusto», resumió ovacionado. Fue emotiva también la subida al estrado de varios trabajadores de ACB, entre gritos de «ACB ez itxi!», y precedida de la intervención de un trabajador de Arcelor Mittal, que es además edil de EH Bildu en Sestao, y que tras evocar lo ocurrido en Ezkerraldea dejó claro que si algo distingue a la coalición es que «lucha por las personas».

Hubo también tiempo para reivindicar que no hay cambio social sin feminismo, para recordar a refugiados y migrantes, para dejar claro que la lucha por los presos y exiliados es parte nuclear de la lucha de la izquierda independentista. Tomó la palabra una chica de veinte años que apostó por recuperar la ilusión de hace cinco, y le sucedió un pensionista que ha decidido aceptar el compromiso de integrar las planchas de EH Bildu.

Todos tuvieron respuesta, aunque a veces no hubiera pregunta. Y cuando Otegi cerró el círculo hablando como candidato, citó a Cicerón para dejar clara cuál es su vocación como mandatario: «Pueblo culto, leyes justas, gobierno honrado». Y con esa meta salieron del palacio que una vez fue astillero.