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Pekín exige al G7 que no interfiera en su disputa marítima

China exigió a los líderes que participan en la cumbre del G7, que comenzó ayer en Ise-Shima, en Japón, que «se ocupen de sus propios asuntos» y no interfieran en las disputas territoriales que mantiene Pekín con países vecinos en torno a la soberanía en el Mar de China meridional y occidental. Pero los líderes del G7 insistieron en abordar este conflicto.

Pekín pidió a los participantes en la cumbre del G7, reunidos esta semana en Japón, que no interfieran en las disputas territoriales que oponen a China con sus vecinos en el mar de China meridional. El G7, al que no pertenece China, «debería concentrarse en sus propias responsabilidades y no señalar con el dedo en los asuntos que no son de su competencia», afirmó Hua Chunying, portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores. «El mar de China del sur no tiene nada que ver con el G7, y nos oponemos a que el G7 se ocupe de la cuestión por sus propios intereses egoístas», añadió.

Los jefes de Estado o de Gobierno de EEUU, Estado francés, Gran Bretaña, Italia, Alemania, Canadá y Japón se han reunido en Ise-Shima en una cumbre dominada por los asuntos económicos, pero también marcada por las tensiones geopolíticas regionales.

Pekín y Tokio se disputan la soberanía de territorios deshabitados en el mar de China Oriental, pero con valor estratégico. Pekín reivindica también casi la totalidad del mar de China meridional, y ha militarizado islas artificiales, para irritación de otros países como Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunei.

A este respecto, el presidente de EEUU, Barack Obama, recordó que deben prevalecer la «libertad de navegación y la resolución pacífica de los diferendos», mientras el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, apeló al G7 a defender «sus valores comunes y adoptar una posición firme».

«Provocación inútil»

«Para no convertirse en obsoleto, el G7 debe ocuparse de sus propios asuntos», insistió la agencia estatal China nueva, en un comentario difundido ayer. Japón «intenta aprovecharse de acoger la cumbre del G7 para aumentar el apoyo de sus aliados y aislar a China», añadió, estimando que esto revela la agenda oculta japonesa: interferir en las disputas del mar de China meridional». «Pero una provocación así va a resultar inútil, porque el problema está fuera del alcance y de la influencia de las capacidades actuales del G7. Esto refleja un espíritu heredado de la guerra fría», concluía el comentario.

A su llegada a Japón, el primer ministro británico, David Cameron, opinó que China debería respetar un veredicto del Tribunal permanente de arbitraje de La Haya, al que ha recurrido Filipinas, pero cuya legitimidad niega Pekín. El Gobierno chino había convocado ya a mediados de abril a diplomáticos de los países que componen el G7 para trasladarles su descontento por unas declaraciones de los ministros de Asuntos Exteriores del grupo, en el que se mostraban preocupados por la situación en el Mar de China oriental y meridional. Obama, advirtió, por otro lado, de que las ambiciones nucleares de Corea del Norte representan una grave amenaza a medio plazo, pero observó «una mejora en la respuesta ofrecida por China, así como por otras naciones de la región».

La agenda del G7 incluye también el débil crecimiento económico mundial, la «lucha contra el terrorismo» o las migraciones, tema en el que los países europeos demandarán el apoyo del grupo argumentando que se trata de una crisis mundial.

Una visita al santuario «esencia de la tradición» de Japón

Los líderes del G7 prologaron la cumbre con una visita al santuario sintoísta de Ise-Jingu, considerado uno de los lugares sagrados de Japón. El primer ministro Shinzo Abe, los recibió bajo los torii que marcan la entrada al espacio espiritual, elegido por su «belleza única» y por representar «la esencia de la tradición y la naturaleza de Japón», según Abe, que quiso separar su contenido religioso, consciente de que el sintoísmo fue la religión oficial del Japón imperial. No obstante, guiados por un sacerdote, los líderes cruzaron el puente Uji sobre el río Isuzu, donde la tradición situaba la frontera entre el reino de los dioses y el mundo material, y participaron en el acto simbólico de plantar un árbol y visitaron el Kotai, donde se rinde culto a Amaterasu, diosa del sol. GARA

Japón alerta del riesgo de otra crisis como la que comenzó en 2008

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, advirtió a los líderes del G7 de que hay datos que sugieren el riesgo de una nueva crisis de magnitud semejante a la desencadenada en la segunda mitad de 2008 por la quiebra de Lehman Brothers, según el diario “Nikkei”.

Durante una sesión con el resto de líderes, Shinzo Abe recordó que los datos del FMI muestran una caída de los precios de las materias primas del 55% entre junio de 2014 y enero de 2016, en línea con el descenso observado entre julio de 2008 y febrero de 2009 tras el colapso del banco estadounidense.

Asimismo, el primer ministro japonés expresó su preocupación por el menor ritmo de crecimiento de las economías de los países emergentes. «Los líderes del G7 expresaron su opinión de que las economías emergentes se encuentran en una situación grave, aunque hubo opiniones de que la situación actual no supone una crisis», declaró el vice portavoz del Gobierno japonés, Hiroshige Seko. Aunque todos invocan el equilibrio entre política monetaria, política presupuestaria y reformas estructurales, mantienen sus diferencias sobre cómo hacerlo. Japón e Italia quieren aumentar los gastos presupuestarios, pero Alemania, que sigue exigiendo ajustes y recortes, no está de acuerdo, al igual que Gran Bretaña, que, a la vez, suscita la preocupación de sus socios por las consecuencias de una eventual salida de la UE.GARA