El ascenso a Primera ya consumado del Deportivo Alavés y a la espera de que Osasuna agote sus remotas posibilidades de acompañarle, nos servirá en bandeja la próxima temporada nada menos que una docena de derbis en la máxima categoría, algo que no sucedía desde la campaña 2002-03, con la presencia entonces de los navarros en lugar de los armeros. Si se diera la feliz circunstancia de que los rojillos consiguieran exprimir sus probabilidades y retornar a la élite, habría que remontarse muchísimo más atrás para tener a cinco conjuntos vascos arriba, tanto como 1933.

La primera Liga, la 1928-29, contó con la presencia de cuatro representantes, además de Athletic y Real Sociedad, Arenas de Getxo y Real Unión. Sería dos años más tarde, en la 1930-31, cuando se ampliaría en uno más con la participación del Donostia CF –denominación de la Real durante la República– y la novedad del Alavés, primer club en ascender a la máxima categoría de la mano de los Ciriaco y Quinquoces, si bien el Irun descendería ese año. En la 1932-33, el ‘Glorioso’ también bajaría y no regresaría hasta 1954. En la 1934-35 le seguiría el Donostia y el Arenas de Getxo, que ya no retornaría. El que se bautizó esa campaña fue Osasuna, pero perdió la categoría meses después y ya no volvería hasta 1956.

Tras la contienda civil, solo el Athletic pervivió y fue así incluso en once temporadas hasta la 1966-67. En esa le acompañó la Real, que se mantuvo ahí hasta el año 2007. El resto de clubes vascos tuvo una presencia menos regular, como Osasuna que volvió en los años ochenta, pero para cuando los babazorros recuperaron la categoría, 42 años después, los rojillos ya no estaban. Hubo que esperar a que Osasuna subiera para tener cuatro equipos, etapa que apenas duró entre 2001 y 2003, cuando el ‘Glorioso’ bajó. Al Eibar hubo que esperarle hasta 2014, a costa del descenso de Osasuna. De tres representantes pasaremos la próxima campaña a cuatro, a la espera de los navarros.