Jose Manuel CASTILLO

BOLIVIA REDUCE LA POBREZA A MÁS DE LA MITAD EN DIEZ AÑOS DE MANDATO DE MORALES

En plena crisis de los proyectos de izquierda latinoamericanos, el Gobierno boliviano informó de que durante los más de diez años de mandato de Morales la pobreza extrema ha descendido del 38,2% al 17,3%. Es uno de los descensos más altos de la región.

Con la derrota sufrida en el referéndum sobre la continuidad de Evo Morales aún en la memoria, el Ministerio de Economía boliviano informó recientemente de que la pobreza extrema se redujo en 20,9 puntos porcentuales de 2005 a 2014. Morales llegó a la Presidencia en 2005 con una tasa de pobreza extrema del 38,2% y en 2014 se encontraba en el 17,3%. Es decir, de cada cuatro personas que vivían en circunstancias de pobreza extrema, dos lograron salir de esta situación.

El Gobierno subrayó que el descenso de la pobreza se debe a las políticas sociales implementadas por el Ejecutivo izquierdista. Cabe recordar que en 2006 el Gobierno nacionalizó los hidrocarburos y el Estado se convirtió en el principal administrador de esos recursos, lo que le permitió financiar un ambicioso plan de políticas sociales.

Mejoras sustanciales

Estas políticas han traído un notable incremento en la calidad de vida de las clases populares bolivianas, indígenas en su mayoría. El salario básico aumentó durante los mandatos de Morales una media de entre el 5% y el 10% anual. A los incrementos salariales hay que sumar los bonos sociales que reciben las capas más vulnerables de la sociedad como niños, mujeres embarazadas y ancianos. Se calcula que más del 42% de los habitantes de Bolivia recibe algún tipo de subvención estatal.

Las mejoras también se dejan notar en el ámbito de la sanidad. La mortalidad materna ha disminuido de 229 mujeres por cada 100.000 a casi 90. Así mismo, todos los bolivianos tienen la oportunidad de ser atendidos por los más de 221 centros de salud nuevos abiertos por el gobierno de Morales.

Pese a las tangibles mejoras sociales, los principales gurús neoliberales critican el excesivo intervencionismo estatal. El analista económico y activista opositor Julio Alvarado criticó el excesivo endeudamiento del Gobierno en una entrevista ofrecida a Red Uno de televisión de La Paz: «La caída de los precios de las materias primas en el mercado internacional afectará a Bolivia, no habrá recursos suficientes para las inversiones que propone el Gobierno».

Alvarado recordó que Bolivia ya suma un endeudamiento de 9.400 millones de dólares, 7.000 millones del cual pertenecen al crédito chino. Con esta suma, la deuda externa boliviana se situa en torno al 35% del Producto Interior Bruto (PIB).

Pese a la constante preocupación por la deuda exterior sacralizada por los analistas neoliberales, la verdad es que el Gobierno de Morales logró reducirla del 74,3% al 35,2% durante sus más de 10 años de mandato. El PIB también constató una notable subida al casi cuadriplicarse durante la gestión del Gobierno izquierdista, de los 9.000 millones de dólares en 2005 a los 34.000 millones actuales. Sin embargo, el mayor logro de Morales es evidenciar que todas estas mejoras macroeconómicas no están reñidas con mejorar la calidad de vida de la gente.

Plan de futuro

Pese a ser el país que más ha reducido la tasa de pobreza de la región, por delante de Perú (13,1 puntos), Ecuador (10,9 puntos), Paraguay (7,1 puntos) y Brasil (6,1 puntos), el Ejecutivo boliviano se marca metas más ambiciosas. El Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social presentado por el Gobierno se plantea como objetivo para 2025 la erradicación de la extrema pobreza. Según el viceministro de Planificación, Diego Pacheco, el objetivo es reducir la tasa en torno al 9,5% para 2020 y acabar con ella para 2025.

El plan, que marcará las pautas políticas del Gobierno los próximos cinco años, prevé una inversión de al menos 1.700 millones de dólares para universalizar los servicios de salud. «Esta inversión se destinará a la construcción de hospitales de segundo, tercer y cuarto nivel para alcanzar la universalización de la salud», aseguró el ministro Pacheco. Además, se prevé otra importante inversión de 11.000 millones de dólares para la construcción de caminos y carreteras. Con este plan de desarrollo se prevé que Bolivia esté para 2020 completamente interconectada por vías y carreteras y que el 100% de la población tenga acceso a agua potable, alcantarillado, saneamiento, energía, vivienda, telefonía e internet.

Corren tiempos difíciles para los proyectos de izquierda latinoamericanos, que parecen vivir una época de estancamiento o de retroceso, como es el caso de Argentina, Venezuela o Brasil. El reto que tiene por delante el presidente Evo Morales consiste en reconquistar la confianza popular depositada en su proyecto. Para eso necesitará de un discurso renovado, que recuerde a la población todos los logros conseguidos y el riesgo de sufrir un retroceso.

En este cometido tendrá rivales internos y externos muy duros, ya que aunque Bolivia es un país de tan solo 10 millones de habitantes, como dice el profesor y activista estadounidense Noam Chomsky: «El peligro no consiste en el tamaño de un país ni en su riqueza, sino en el ejemplo que puede dar a otros de que es posible hacer las cosas de otra manera».