GARA
IRUÑEA

El Trópico de Cáncer recala en Iruñea

El Trópico de Cáncer cambia de coordenadas y recorre por unas semanas la Ciudadela de Iruñea a través de 22 fotografías de Juan Manuel Díaz Burgos, que a lo largo de más de veinte años ha ido recorriendo los territorios del trópico y captando en miles de imágenes sus lugares y sus gentes «con el fin de arrebatar emociones y sentimientos para conocerlos y entenderlos mejor, con el factor humano como primer objetivo». Se podrán ver hasta el 28 de agosto.

La exposición fotográfica “Trópico de Cáncer” no es la primera exposición de Juan Manuel Díaz Burgos en Iruñea. En 1999 expuso en la sala de Zapatería 40 su exposición “Malecón de la Habana” y ahora visita la capital navarra con una exposición mediante la que «ha intentado sustraerse del componente más importante en su trabajo, la persona, para interpretarlo en otra clave, aquella que a través de la iconografía la describe, y que a lo largo del tiempo la ha ido estereotipando», explicó el comisario de la muestra, Adolfo Martínez. «Son representaciones de un mundo idealizado, tanto en lo social como en lo religioso, donde la consecución de la felicidad y la conquista de un mundo más allá de lo terrenal condicionan las culturas y actitudes de las personas», añadió.

«El fotógrafo utiliza la persona como un ente, un objeto puente en donde poder manifestar los conceptos reales de su propósito. Descarta la mirada como máximo exponente que determina la identificación, para intentar adentrarse en aquellos detalles y percepciones que definen las costumbres de una cultura», explicó.

Por ello, en todas las fotografías los retratados aparecen con «una venda amarilla cercana a ese color que deslumbra a buena parte de los habitantes del Trópico que priva de esas miradas y, al mismo tiempo, invita a descifrar las utopías y tópicos más comunes y a interpretar los conocimientos, sabiduría y rituales más tradicionales del lugar». Martínez explicó que la muestra se caracteriza por «las formas de lo banal, de la cultura, de la naturaleza, de la religión, del fetichismo o del estereotipo, a través de elementos que lo acomodan, para intentar mostrar un territorio común, llamado Trópico».

«El Trópico se entiende así no como un territorio geográfico, sino como un espacio cultural de múltiples caras. Se percibe en todos su matices la condición criolla, expresión del legado africano en el Caribe, que trenza historias surgidas de una poética de la relación y de cierta confusión». De esta forma, Martínez añadió que el episodio fotografiado por Juan Manuel Díaz Burgos parte de la República Dominicana y Cuba para hablar de esa «transculturación».

El trabajo de Juan Manuel Díaz Burgos se centra en países de América Latina, principalmente Cuba, República Dominicana y Perú. Ha recibido el Premio Internacional de Fotografía Olorum (La Habana).