Fuerzas israelíes demolieron ayer quince viviendas palestinas en el pueblo cisjordano de Qalandia, entre Ramallah y Jerusalén, con el argumento «estar demasiado cerca del muro» de separación israelí y no contar con licencias de construcción, según la agencia palestina Maan. El director de la oficina de medios de Qalandia, Bahi Jatib, señaló a Efe, sin embargo, que las casas fueron derribadas en virtud de un nuevo plan israelí para abrir un acceso en el muro que comunique con la carretera que va hacia Ramallah.

Residentes de Qalandia trataron de impedir las demoliciones y lanzaron piedras a los policías, que usaron gases lacrimógenos y granadas sonoras. Al menos tres palestinos resultaron heridos, entre ellos el líder del Consejo Local, Yusef Awadallah.

2016, el peor año

Las demoliciones se suman a un creciente agravamiento de esta política sionista de desplazamiento de población y expropiación de recursos, que ha hecho que Israel haya destruido más viviendas palestinas en Cisjordania en el primer semestre de 2016 que durante todo 2015, y más que cualquier año de la última década, con la excepción de 2013.

Según la organización Betselem, hasta finales de junio, Israel demolió 168 vivienda, dejando sin hogar a 740 palestinos, de ellos 384 menores, sin contar las demoliciones por castigo. En algunas comunidades, los residentes han visto su hogar demolido más de una vez.

En todo 2015 Israel destruyó 125 hogares, dejando sin hogar a 496 palestinos, 287 menores. Israel, por sistema, deniega los permisos para construir a la vez que restringe los movimientos de los palestinos y su acceso a recursos como el agua.