El Gobierno navarro informó ayer el hallazgo de unos huesos humanos en la sima de Izeurgi, en Erro, cerca de la muga con Zilbeti. La nota sostiene que se trata de un desaparecido de 1936. Junto a los restos se encontró una albarca de caucho, elaborada a partir de una rueda de coche, que cuadra con la época. Según consta en el informe de la Sociedad de Ciencias Aranzadi de primeros de agosto, el guardia forestal Rafael Ballano informó en su día tener noticia de que al menos una persona fue arrojada a ese pozo, cuya profundidad supera los 50 metros.

En enero de este año, un equipo de Aranzadi bajó por primera vez a la sima de Izeurgi a verificar la información del guarda, pero la operación se canceló por lo complicado del descenso y porque aparecieron restos de una exploración relativamente reciente. Al final, el equipo que encabezó Paco Etxebeerria bajó solo por la primera chimenea, de unos doce metros. Posteriormente, se localizó a ese primer grupo de espeleólogos, que resultó ser Satorrak y verificó la presencia de huesos humanos.

En julio, desconocedores del intento de Etxeberria y Aranzadi, nuevos espeleólogos de Sakon y Akelar se interesaron por la sima. Esta vez acudieron mejor pertrechados que los técnicos de Aranzadi y lograron alcanzar el fondo de la sima.

Óscar Sicilia, de Sakon, fue uno de los que descendieron. «Nosotros estamos explorando las simas de Erro. Al descender, vimos material de escalada antiguo y, abajo, los huesos y una albarca hecha con una rueda, por lo que dimos parte a Aranzadi».

Sicilia y sus compañeros Joseba Carlos y Antonio Martin regresaron de nuevo al pozo con Etxeberria en agosto. Finalmente, los forenses llegaron hasta los huesos y pudieron dar parte al Gobierno navarro del hallazgo, que es quien ha informado de que se trata de un desaparecido del 1936, por lo que se aplicará el protocolo firmado entre Aranzadi y el departamento de Paz y Convivencia. Según avanzaron, los huesos serán rescatados los próximos meses usando la metodología adecuada.

Las siluetas de los 53 fusilados presiden el recuerdo de Valcaldera

El solar donde se levantaba la antigua cárcel de Iruñea acogió ayer el homenaje a los 53 fusilados de Valcaldera, una las mayores matanzas de 1936 en Nafarroa. Desde ese penal los sacaron para matarlos después en el corral de Valcaldera, en Cadreita, a las puertas de las Bardenas. Fusilaron a 53, pero solo enterraron a 52. Gravemente herido, pero milagrosamente vivo, Honorino Arteta (“El conejo de Ugar”) logró esquivar a la muerte y dar cuenta del horror. De cómo les «ojearon como animales» en el patio del presidio para decidir a quién había que matar ese día. El nombre del ugartarra fue el primero en colocarse sobre una larga fila de siluetas negras en recuerdo a las víctimas.

El acto, organizado por la asociación de familiares de fusilados, acogió a más de 200 personas. Entre ellas, estuvo el alcalde de Iruñea, la presidenta del Parlamento y el consejero de Educación en representación del Gobierno. Asimismo, hubo representación de prácticamente todos los partidos políticos salvo (probablemente) el PP. Por UPN acudió Iñaki Iriarte, que luego acostumbra a hacer contracrónicas hirientes de este tipo de actos. Durante el acto, se escucharon por megafonía las órdenes que dio Mola de acometer asesinatos. Hubo también aurresku y emotivas lecturas de los familiares. Un txistu entonó el Himno de Riego y se terminó coreando el “Agur Jauna”.